QUE TIPO DE TIERRA SOMOS?



Cristo en Marcos 4:3-9. Dijo: «Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar, y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.


En términos hipotéticos, hay tres causas posibles del fracaso del evangelio a cambiar la vida de una persona. En primer lugar, puede ser la culpa del sembrador—es decir, el que nos da el evangelio. En este caso, el sembrador es Dios sí mismo. Quizás Dios sea la razón por la cual algunos no responden al evangelio. De hecho, hay una teoría que sostiene precisamente este punto. La teología Augustinia-Reformada, o sea el Calvinismo, alega que Dios arbitrariamente ha elegido a algunos para ser salvos y ha dejado a otros en la condenación por el pecado de Adán, elección que no se puede cambiar ni por nuestro libre albedrío, puesto que Dios es al autor de dicha elección. No obstante, ¡el punto primordial de la parábola del sembrador es precisamente al contrario! No es la culpa del sembrador cuando algunos no obedecen. Dios no les predestinó a algunos sin tomarse en cuenta su respuesta de fe y obediencia. No podemos echar la culpa a Dios por nuestros pecados. 2 Pedro 3:9 dice: «El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nostros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.» Entonces, no es la culpa del sembrador de que algunos no obedezcan al evangelio.


En segundo lugar, teóricamente pudiera ser la culpa de la semilla—el evangelio—cuando algunos no obedecen. Se oye que la bíblia, por ejemplo, es una «letra muerta» o que es «mero papel y tinta.» Tales dichos quieren menguar la importancia del evangelio. Pero, otra vez la parábola del sembrador en Marcos 4:3-9 nos asegura que no es una falta en la semilla cuando algunos no obedecen. Lucas 8:11 explica que «La semilla es la palabra de Dios.» Romanos 1:16 dice que el evangelio es el poder de Dios para salvarnos. Hebreos 4:12 agrega, «porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos….» Entonces, no es la culpa de la semilla, la palabra de Dios, cuando algunos no obedecen.


En tercer lugar, podría ser la culpa de la tierra, del suelo, cuando la semilla no da frutos. En la parábola del sembrador en Marcos 4, eso es precisamente el punto que Cristo quizo recalcar. Está hablando de la receptividad de la tierra. Pero, la tierra tiene que ver con el libre albedrio de cada individuo para escoger el bien o el mal. Cristo dijo a Jerusalén en Mateo 23:37, «…cuantas veces quise juntar a sus hijos…¡y no quisiste!» Es culpa del suelo, del corazón.



En la parábola del sembrador en Marcos 4, podemos notar cuatro tipos de tierra, cuatro tipos de corazones. En primer lugar, una parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. En Marcos 4:15, Cristo dice: «y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones.» A lo mejor, se refería a una senda entre las cosechas que fue usada para atravesar los cultivos sin hacer daño. Era una tierra dura, y simboliza el corazón duro. Es difícil para la semilla penetrar tal superficie. Entonces, viene el diablo y quita la palabra sembrada del corazón. Tales personas oyen el sonido del mensaje, y quizás entiendan el significado de las palabras en la superficie, pero no dejan que se les penetre en el fondo de su ser donde pudiera brotar la plena comprensión del evangelio. Se alimentan de todo, menos de la palabra, por lo tanto, su corazon no esta fortalecido y vienen las dudas u otras doctrinas y se desalientan o se van.


En segundo lugar, otra parte de la semilla sembrada «cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó.» Cristo aquí describe la tierra rocosa. Es una capa fina del suelo sobre una roca dura. Representa el corazón seco y superficial. Al principio, recibe la palabra con alegría y entusiasmo. Pero, no tiene la perserverancia. Aunque responde pronto al evangelio, tal corazón no tiene raíz tampoco profundidad. Sobre todo retroceden al mundo cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra. Es una advertencia para nosotros los cristianos contra el tropiezo. Hebreos 10:39 nos amonesta, «pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.»


El tercer tipo de tierra descrita en la parabola del sembrador de Marcos 4 es la tierra espinosa. Los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Esa tierra tiene una mezcla de semillas ya no visibles. En otras palabras, es un corazón impuro. Aquí, Cristo menciona tres influencias fuertes en la vida de tales personas. Primero, menciona «los afanes de este siglo.» El Diccionario de Cervantes muestra que «el afán» quiere decir el «trabajo excesivo, solícito y penoso.» La idea es que esas personas luchan con desmesurado afán para consequir las cosas físicas de este siglo, en esta vida terrenal.Segundo, Cristo menciona «el engaño de las riquezas». Pensemos en Lucas 12:15 donde Cristo nos exhortó, «mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.» Tercero, menciona «las codicias de otras cosas» que ahogan la palabra haciendola infructuosa.


El último tipo de tierra mencionada en la parábola del sembrador en Marcos 4 es la buena tierra. Explica, «y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno» (Marcos 4:20). Tal corazón es bueno y recto y posee el deseo genuino para hacer el bien (Lucas 8:15). Oye la palabra y la recibe. Esto quiere decir que es obediente a los mandamientos de la palabra y no tan solamente oidor de la palabra. Da fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. Lucas 8:15 añade que lo hace «con perserverancia.» A pesar de las pruebas, sigue fiel en la iglesia y en su vida cristiana. Ese tipo de corazón trata de conseguir resultados buenos y prácticos en la obra evangelística y en la benevolencia. Tiene metas y las cumple.


En vista de todo que Cristo dijo, ¿qué tipo de tierra soy yo? ¿Cuál de esas simboliza mi corazón? ¿Es duro, seco, ahogado, o bueno? Solo yo puedo decidir. La respuesta es individual y es mía

TUS PENSAMIENTOS SE REFLEJAN EN TUS ACTITUDES


Llena tu mente con pensamientos buenos y honestos que te guíen a un destino de bendición.


Mis pensamientos serán vuestros pensamientos


Es importante hacer tiempo para pensar, al igual que lo hacemos para otras cosas cotidianas como caminar, bañarnos y trabajar. Pensar es inevitable, lo hacemos todo el tiempo e inconscientemente, pero es necesario tomar conciencia de ello y aprender a hacerlo, porque a pensar se aprende. Así como tenemos un lugar favorito para comer, debemos buscar un lugar agradable para pensar y meditar. Tómate un tiempo para estar a solas, conocerte y pensar en lo que piensas. Reflexiona si es correcto, positivo y optimista lo que tienes en mente o si debes renovarte. Nuestra vida sería distinta si pensáramos diferente. Leer la Biblia me sirve para analizar mis pensamientos. Hago anotaciones y saco ideas porque de esa forma aclaro mi mente y tomo conciencia de lo que pienso. Así he aprendido a descubrir cuando tengo grandes o pequeños pensamientos, o cuando soy pesimista y manejo mal el estrés. Mis notas me revelan aquello que pienso y puedo mejorar. Te invito a hacer el ejercicio, muchas veces escuchamos Palabra pero no sabemos cómo aplicarla en nuestras vidas, así que tomarse el tiempo de escribir algunas ideas prácticas es valioso.


Paz que sobrepasa todo entendimiento


Filipenses 4:6-7 aconseja: Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
La promesa de paz del Señor es gloriosa pero para cumplirla debemos tener entendimiento que pueda sobrepasar. Es como los pensamientos sobre los que puede hacer mucho más abundantemente. Siempre debemos darle la materia prima para Su obra. Hay que tener pensamientos de bien que multiplique y entendimiento que Su paz pueda sobrepasar.

Filipenses 6: 8-9 continúa con el consejo: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.
La Biblia provee el listado de cosas sobre las que debo pensar. Si piensas en lo que tiene virtud, el Dios de paz estará contigo, pero si piensas en todo lo contrario, el Dios de paz no te acompañará. La presencia del Señor está condicionada por nuestros pensamientos, por eso es tan importante aprende a pensar. Dios no vive con mal pensados, no conversa y no se junta con ellos. Tus buenos pensamientos favorecen la cercanía del Señor porque Él no es un mal pensado. Imagina qué terrible hubiera sido el mundo creado por un tacaño y desconfiado. El universo no sería infinito sino pequeño, si te hubiera creado de la forma como se ha pensado últimamente, tendrías un ojo y no dos porque sería “suficiente”, si te hubiera creado con la falsa humildad que algunos profesan, tendrías sólo un riñón y un solo cabello y no miles de ellos. Además, el océano sería un charco, la guacamaya sería blanca con negro y el león no tendría melena. No hubiera puesto oro debajo de la tierra, ni la creación sería maravillosa. Dios es inmensidad y abundancia, no escatima en nada, te hizo único, no en serie para ahorrarse tiempo o esfuerzo; cuando te perdona, aleja tus pecados como el oriente del occidente y por amor entregó a Su único Hijo.

Busquemos imitarlo en Sus infinitos pensamientos de bien, eduquemos nuestra mente para no ser mal pensados, creer siempre lo bueno y no lo malo. Solamente de esa forma lograremos salir adelante. La presencia de Dios no puede caminar con quienes se dejan dominar por malos pensamientos. Aprende a pensar bien, especialmente de Él que es bueno y generoso.


Pensamientos, caminos y destinos


Isaías 55:6-7 nos pide: Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Está bien que interpretemos este pasaje como la búsqueda de Jesús que es el camino, la verdad y la vida, pero podemos ir más allá. Descubre que aún cuando ya aceptaste al Señor y has dejado el camino al infierno, puedes mejorar tu nuevo camino pensando como Dios lo hace. Si ya dejaste el adulterio, las drogas y los pecados que te alejaban de la ruta hacia la vida eterna, ahora busca mejorarla y recorrer aquella de la perfecta voluntad del Padre. Los pensamientos depresivos, la falta de interés y pesimismo también te alejan de la vida que el Señor deseó para ti y aunque ya eres salvo te alejan de Sus pasos.
Cuando escoges carrera profesional y estudias para ser ingeniero o médico o lo que desees como tu destino, inicias un camino que te conducirá a ese objetivo. Es así como vemos que un pensamiento te lleva a escoger un camino que marca tu destino. Todo está relacionado y no hay excusas. Así como tomas un taxi o un avión con la clara idea de hacia dónde te diriges, así debes tener muy claro hacia dónde te llevan tus pensamientos. Recuérdalo, nuestros pensamientos determinan nuestros caminos y destino. Tienes un destino eterno ante la presencias de Dios pero tu destino en la tierra depende de ti y lo que tienes en tu mente.

En Isaías 55:8-9 (versión Biblia al Día) Dios nos dice: Este plan mío no es como el que ustedes trazarían ni mis pensamientos son como los suyos. Porque así como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos y mis pensamientos son más elevados que los suyos.
Dios piensa en grande, sus pensamientos son altos, mucho más que los nuestros. No lo dice como un reproche sino como un reto y motivación. Debemos imitarlo porque somos Sus hijos y herederos. Tenemos la capacidad para hacerlo, por eso nos lo pide. Nuestros pensamientos deben ser altos para que nuestro camino y destino también lo sean. Dios tiene grandes planes para cada uno.

Vida nueva con pensamientos nuevos


Romanos 12:2-3 (versión Biblia al Día) nos advierte: No imiten la conducta ni las costumbres de este mundo; sean personas nuevas, diferentes, de novedosa frescura en cuanto a conducta y pensamiento. Así aprenderán por experiencia la satisfacción que se disfruta al seguir al Señor. Como mensajero de Dios les advierto: No se consideren mejores de lo que son; valórense de acuerdo al grado de fe que Dios les ha permitido.
Dios nos promete frescura y satisfacción. ¡Qué glorioso! Pero no hay forma de disfrutar la vida en el Señor si los pensamientos no cambian. Imagina que Dios se te aparece en este instante y te dice que tiene Su voluntad de bien, agradable y perfecta, dispuesta a obrar en ti mañana mismo y lo único que te pide es que cambies tu forma de pensar. Seguramente harías cualquier cosa por tener tu mente renovada en 24 horas. Yo lo haría si dudar. Si de mi mente depende recibir Sus bendiciones, no comería ni dormiría, meditaría en Su palabra sin cesar preparándome para recibirle.

Piensa en lo que has pensado últimamente. Mientras más piensas en lo negativo más se ha multiplicado la angustia y el temor. El miedo, ansiedad, afán e inseguridad te dominan por lo que piensas. Las malas actitudes son síntoma de que estamos pensando mal. No lo dejes para otro día, cambia ahora el contenido de tu mente, renuévalo, cambia lo que piensas. Eres parte del cuerpo de Cristo aunque no lo tengas físicamente, pero la Palabra dice que tenemos Su mente que es suficiente para ser como Él, ¿qué más quieres? Ahora falta que metas dentro de esa mente Sus pensamientos altos y agradables, desechando los tuyos pequeños y desagradables. Dios nunca ha llevado al éxito a alguien que piense mal de sí mismo o de su entorno. Vive cómodo contigo mismo, ámate y valórate porque pensar bien de ti es el punto de partida para pensar bien de todo lo demás. Demuestra que confías en ti para que Dios también lo haga y te renueve. Disfruta la voluntad de Dios agradable y perfecta renovando tu forma de pensar.

Salmo 1:1-2 nos motiva: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
Un consejo es un pensamiento. Cuando pedimos consejo preguntamos: ¿dime qué piensas? Sigue el consejo de la Palabra y recorrerás mejores caminos. Muchos llevan una vida tan convulsionada y ansiosa porque no se detienen a pensar lo correcto, sólo piensan a la carrera, sin meditar a profundidad. Meditar es pensar en algo hasta que absorbe la totalidad de nuestra imaginación y sentimientos. No es cerrar los ojos y decir un mantra sin sentido sino interiorizar nuestro ser hasta que seamos capaces de visualizar como real aquello que pensamos e imaginamos. Hay que detenerse a meditar sobre nuestros pensamientos y sentimientos para que cambien y sean de bien.
Salmo 1:3 continúa prometiendo: Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.
A quienes nos critican como una doctrina de prosperidad podemos pedirles que lean este salmo porque prosperar es una consecuencia de pensar como Dios quiere. Ajustemos nuestra forma de pensar para que los planes de Dios se cumplan y Su paz nos llene. Muchos se entristecen porque nadie les ha profetizado, pero todos llevamos dentro nuestras profecías dentro porque tenemos Su Palabra en la cabeza y el corazón. Las personas que profetizan deberían acompañar su profecía del consejo para que se cumpla, porque si te dice que dentro de un mes el Señor te renovará pero no te dicen que para ello debes cambiar tu pensamiento, te decepcionarás cuando veas que la profecía no se cumplió. Dile al Señor que Sus pensamientos y caminos serán los tuyos de ahora en adelante.

Pídele que te renueve con Su Palabra, perdone tus pecados y te lave con Su Sangre. Ábrele tu corazón para que te de la vida eterna y agradécele porque Sus pensamientos altos y perfectos habitarán tu mente, corregirán tu camino y cambiarán tu destino.


FRASES:
Pensar es inevitable, lo hacemos todo el tiempo e inconscientemente, pero es necesario tomar conciencia de ello y aprender a hacerlo, porque a pensar se aprende.

Tómate un tiempo para estar a solas, conocerte y pensar en lo que piensas. Reflexiona si es correcto, positivo y optimista lo que tienes en mente o si debes renovarte.

La promesa de paz del Señor es gloriosa pero para cumplirla debemos tener entendimiento que pueda sobrepasar. Hay que tener pensamientos de bien que multiplique y entendimiento que Su paz pueda sobrepasar.

La presencia del Señor está condicionada por nuestros pensamientos, por eso es tan importante aprende a pensar. Dios no conversa y no se junta con mal pensados porque Él no lo es. Tus buenos pensamientos favorecen la cercanía del Señor.

Busquemos imitarlo en Sus infinitos pensamientos de bien, eduquemos nuestra mente para no ser mal pensados, creer siempre lo bueno y no lo malo. Solamente de esa forma lograremos salir adelante.
Los pensamientos depresivos, la falta de interés y pesimismo te alejan del Señor tanto como el pecado porque te impiden volver a Su misericordia y amor. Te alejan de Sus caminos aunque ya eres salvo.
Un pensamiento te lleva a escoger un camino que marca tu destino. Todo está relacionado, tienes un destino eterno ante la presencias de Dios pero tu destino en la tierra depende de ti y lo que tienes en mente.

Nuestros pensamientos deben ser altos para que nuestro camino y destino también lo sean. Dios tiene grandes planes para cada uno.

El miedo, ansiedad, afán e inseguridad te dominan por lo que piensas. No lo dejes para otro día, cambia ahora el contenido de tu mente, renuévalo, cambia lo que piensas.

Eres parte del cuerpo de Cristo aunque no lo tengas físicamente, pero la Palabra dice que tenemos Su mente que es suficiente para ser como Él, ¿qué más quieres? Alimenta esa mente Sus pensamientos altos y agradables, desechando los tuyos pequeños y desagradables.

Dios nunca ha llevado al éxito a alguien que piense mal de sí mismo o de su entorno. Vive cómodo contigo mismo, ámate y valórate porque pensar bien de ti es el punto de partida para pensar bien de todo lo demás. Demuestra que confías en ti para que Dios también lo haga y te renueve. Disfruta la voluntad de Dios agradable y perfecta renovando tu forma de pensar.

Muchos llevan una vida tan convulsionada y ansiosa porque no se detienen a pensar lo correcto, sólo piensan a la carrera, sin meditar a profundidad. Sigue el consejo de la Palabra y recorrerás mejores caminos.

Ajustemos nuestra forma de pensar para que los planes de Dios se cumplan y Su paz nos llene.

Agradécele porque Sus pensamientos altos y perfectos habitarán tu mente, corregirán tu camino y cambiarán tu destino.



UNIDAD


Después de haber cumplido con tres años de ministerio, y faltándole a Jesús sólo el subirse a la cruz, eleva al Padre una oración, conocida como la oración intercesora. Es su último acto en libertad, inmediatamente después es arrestado. Él, sabiendo todo esto, utiliza esos últimos momentos para orar al Padre por sus discípulos y por todos los que en algún momento creerán en Él.

Jesús podría haber orado por muchas cosas al Padre, sin embargo el tema central de su oración es la unidad:

“ 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” (Juan 17:20-23)


Una unidad en comunión estrecha con el Padre y con el Hijo, una unidad que invita al hombre mortal a participar de una comunión divina: “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros”.
La razón de esta unidad: “…para que el mundo crea que tú me enviaste”, “…para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.”

Muchas veces en nuestra vida en comunidad olvidamos la importancia de la comunión fraternal entre hermanos. La confundimos con pasar buenos momentos juntos en campamentos, reuniones o eventos de la iglesia. La unidad que Jesús reclama al Padre para n osotros es mucho más profunda y tiene alcance eterno.
Jesús nos quiere unidos en un solo cuerpo, conformando una unidad con misión sobre la tierra: que le conozcan a Él y a quien le envió, y la magnitud del amor que movilizó su proyecto para la humanidad.

Cada vez que nuestra boca se abre para criticar a un hermano estamos rompiendo con esa unidad, cada vez que nuestras necesidades son más importantes que las de quien está a mi lado estamos despreciando el valor de la unidad que Jesús estimó tanto como para subir a la cruz por ella.
Cada vez que dejamos pasar la necesidad de un hermano sin ofrecerle nuestra ayuda, estamos perdiendo una oportunidad de dar a conocer al Cristo.
Cada vez que nuestro pensamiento nos estima mejores o por encima del otro, estamos tratando con desprecio a aquél que Dios amó como a su propio Hijo.

La unidad que Jesús pidió al Padre antes de ser entregado requiere de amor por el hermano, de misericordia por el que se equivoca, de dolor por el que se pierde. Requiere dejar de lado el yo y dar lugar a Cristo para que viva en nosotros, sólo de esta forma podremos ser uno en Él.
Siempre habrá un cuerpo que en unidad perfecta cumpla con el cometido divino, no te excluyas de él, no te pierdas ese privilegio. Manténte atento a no perjudicar esa unidad perfecta en nada, pues tuvo caro precio para Cristo, que pagó por esa unidad no con cosas corruptibles como el oro y la plata sino con su preciosa sangre.
Si tienes dificultades en tu vida espiritual, si sientes que no contribuyes a esa unidad, no olvides que Jesús oró por ti, para que puedas ser parte activa y constructiva de esa unidad que Jesús deseó para los suyos.

CERDOS Y DIAMANTES (PERSONAS...)


Había una vez una pequeña ciudad llamada Gadara, que era muy, muy pequeña. Gadara quedaba en la frontera entre dos países. Solo había que cruzar la calle y del otro lado ya se hablaba una lengua extraña y se comía otra clase de alimentos. La circulación de personas en esa frontera facilitaba no solo el intercambio comercial, sino que también las relaciones entre los habitantes se desarrollaban cordialmente. Los niños de ambos países crecían bilingües, y, además, transculturales.

Un bello día, Jesús de Nazaret decidió visitar esa aldea olvidada. Subió a un barco y viajó el día entero para cruzar el lago que lo separaba del lugar donde vivía. Después de arribar a Gadara, un lunático, poseso por una legión de espíritus malignos, vino a su encuentro. El estado de este ciudadano anónimo era lamentable. Inmundo, vivía en tenebrosos cementerios. Nunca se supo acerca de sus familiares, sus traumas y heridas de la adolescencia o de sus perversiones morales. ¿Cómo llegó a corromperse tanto? Nadie sabía, y todos se conformaban con su decadencia.No quedan dudas: las vacas lecheras inglesas son protegidas con más denuedo que las niñas usadas para el tráfico internacional de la pedofilia. Se divulgaron versiones de su fuerza descomunal. Algunas veces, estando encadenado, se soltaba y resurgía para aterrorizar a los niños que, seguramente, volvían a contar y agrandar la historia del «monstruo de los sepulcros». Durante la noche se escuchaban sus gritos.

El gadareno quería ser libre; buscaba recuperar su vida, pero no lograba encontrarla. En la desesperación por arrancar de dentro del alma tanta degradación, desarrolló manías autodestructivas. Por la mañana, era común verlo mutilado por los cortes hechos con piedras.

Jesús dialogó con los demonios que lo poseían. En esa corta conversación, y para dejar al loco en paz, la legión de demonios recibió de Cristo el permiso para poseer una manada de cerdos que pacían a la redonda. Cuando los demonios entraron en los cerdos, ellos se desesperaron y se precipitaron hacia un abismo.

Se cuenta que los que cuidaban los cerdos huyeron. Al contar estos hechos en la ciudad, el pueblo fue a ver lo que había acontecido. La sorpresa fue absoluta. Todos fueron testigos. El hombre que había estado cautivo por una legión de demonios ahora se encontraba sentado, vestido y en perfecto juicio.

La noticia corrió, y cuando los curiosos relataron lo que había sucedido al gadareno y a los cerdos, el pueblo de la ciudad se reunió para expulsar a Jesús de allí. No hubo caso. El Nazareno se vio obligado a retirarse del territorio.

¡Que extraño! Mientras un ser humano padecía bajo la destrucción de fuerzas satánicas, nadie tomó ninguna previsión para rescatarlo. El Club de Leones no movilizó a los empresarios ricos para ayudar. Sacerdotes, pastores y rabinos serenaron a sus congregaciones con buenas explicaciones teológicas. Los políticos prometieron acciones concretas para el próximo año fiscal. Ninguna ONG se formó para disminuir su sufrimiento. El pobre mendigo seguía preso, esclavizado a fuerzas mayores que él.

En el momento en que se constató el perjuicio financiero, se hizo necesaria la expulsión de Jesús. Él amenazaba el equilibrio económico de la región: «nuestro estilo de vida no es negociable», repetían. Sin embargo, antes de partir, Jesús dejó una lección de moral a aquella comunidad judía (que desde su formación tenía prohibido tocar, criar o comercializar cerdos): «¡que vergüenza, ustedes aprendieron a amar un cerdo más de lo que aman a una persona!».

Gadara es la metáfora del mundo. Las naciones siguen amando a los cerdos más de lo que aman a mujeres y hombres.

Lógico, un caballo de raza vale más que un niño liberiano. A un anciano palestino no se le da la misma importancia que a un caniche de Texas. No quedan dudas: las vacas lecheras inglesas son protegidas con más denuedo que las niñas usadas para el tráfico internacional de la pedofilia.

Mientras los religiosos vociferan sus sermones más entusiastas, mientras los políticos alternan debates sobre el futuro de la humanidad, mientras los banqueros multiplican sus lucros, muchos pobres necesitan ser restituidos a la vida y recuperar su dignidad para poder abrazar a sus familiares.

La historia continúa y Jesús de Nazaret sigue siendo un estorbo. Mientras él considera que un alma vale más que el mundo entero, las naciones mantienen esa extraña predilección por los cerdos.

COSAS QUE PUEDO APRENDER DEL ARCA DE NOE...


Todo lo que necesito saber lo aprendì del Arca de Noè.

UNO: No pierdas el barco

DOS: Recuerda que todos estamos en el mismo barco.

TRES: Planea con tiempo. No estaba lloviendo cuando Noè construyò el arca.

CUATRO: Mantente en forma. Cuando tengas 60 años, alguien podrìa pedirte hacer algo realmente grande.

CINCO: No hagas caso a las crìticas; solo has el trabajo que Dios ha dicho que hagas.

SEIS: Finca tu futuro en tierra alta.

SIETE: Por seguridad, viaja en pareja

OCHO: La velocidad no siempre es ventajosa. Los caracoles estaban a bordo junto con los chitas.

NUEVE: Cuando te encuentres estresado, flota por un rato.

DIEZ: Recuerda, el arca fue construida por principiantes que le creyeron a Dios , el Titanic por profesionales que confiaron en ellos mismos.

ONCE: No importa la fuerza de la tormenta, cuando estas con Dios, siempre hay un arco iris esperàndote.

EL AYUNO



El ayuno necesita que al tiempo de hacerlo, lo acompañemos con la oración y que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. Ayunar para que la gente que nos rodea tenga la impresión de que somos "santos" o para que tengan una impresión diferente a la que tiene, invalidaría inmediatamente lo que intentamos hacer al hacer el ayuno. De hecho, hacerlo por las motivaciones erróneas, no sólo invalida el ayuno, sino que podríamos incurrir en pecado - orgullo.

Cuando ayunamos no podemos pretender que por hacerlo podemos torcer la mano a Dios y forzarlo a hacer lo que queremos. A veces el plan de Dios no es el que plan por el que ayunamos y es por esta razón que es vital que tengamos nuestro espíritu con la aptitud correcta para escuchar del Espíritu de Dios y que estemos dispuestos a humillarnos y recibir la dirección de Dios, sea cual sea.


El ayuno necesita que al tiempo de hacerlo, lo acompañemos con la oración y que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. Ayunar para que la gente que nos rodea tenga la impresión de que somos "santos" o para que tengan una impresión diferente a la que tiene, invalidaría inmediatamente lo que intentamos hacer al hacer el ayuno. De hecho, hacerlo por las motivaciones erróneas, no sólo invalida el ayuno, sino que podríamos incurrir en pecado - orgullo.

Como dijimos en la introducción, ayunar por motivaciones inapropiadas podría hacer que causemos un mal en vez de un bien. La Biblia nos dice que en qué consiste el ayuno falso. Veamos:

Los israelitas hicieron del ayuno un ritual y muchas veces llegaban al extremo de anunciar públicamente que estaban ayunando o que se disponían a hacerlo. ¡Este tipo de ayuno público no impresiona a Dios!

En una ocasión Dios usó a su profeta Isaías y les anunció que Él no notaba sus ayunos porque ellos lo hacían para vanagloriarse a sí mismos y no por las motivaciones correctas.

El verdadero ayuno


"«¡Clama a voz en cuello, no te detengas,
alza tu voz como una trompeta!
¡Anuncia a mi pueblo su rebelión
y a la casa de Jacob su pecado!
Ellos me buscan cada día
y quieren saber mis caminos,
como gente que hubiera hecho justicia
y que no hubiera dejado el derecho de su Dios.
Me piden justos juicios
y quieren acercarse a Dios. Dicen:
"¿Por qué ayunamos y no hiciste caso,
humillamos nuestras almas y no te diste por entendido?"
He aquí que en el día de vuestro ayuno
buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores.
He aquí que para contiendas y debates ayunáis,
y para herir con el puño inicuamente;
no ayunéis como lo hacéis hoy,
para que vuestra voz sea oída en lo alto.
¿Es este el ayuno que yo escogí:
que de día aflija el hombre su alma,
que incline su cabeza como un junco
y haga cama de telas ásperas y de ceniza?
¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable a Jehová?
El ayuno que yo escogí,
¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las cargas de opresión,
dejar ir libres a los quebrantados
y romper todo yugo?" Isaías 58:1-6
En el texto bíblico podemos ver que los israelíes ayunaban pero continuaban sus injusticias y Dios les pregunta para qué sirve ayunar si se continúa viviendo una vida de peleas, trifulcas y abuso. ¡Este tipo de ayuno nunca agradaría a Dios!

El tipo de ayuno que agrada a Dios

Dios nos dice en lo que consiste el ayuno verdadero, el que agrada a Dios: ayunar y compartir con los pobres y con los hambrientos. No oprimir al desvalido y comenzar a tratar al pobre con equidad, dándoles lo que se ganan. Compartir nuestras bendiciones con los demás. Dejar de pelearnos entre sí, etc.

El tipo de ayuno que sí agrada a Dios Cuando ayunemos debemos hacerlo ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE parar buscar la presencia de Dios. Si lo hacemos para que la gente nos vea, ese ayuno será inaceptable ante Dios. Debemos ayunar para alimentar, durante el período de ayuno, más a nuestro espíritu que a nuestra carne. Como la tendencia natural que la carne empuje más que el espíritu, debemos alimentar al espíritu para que siempre termine haciendo lo que el Espíritu de Dios desea en nuestras vidas y así no sucederá como alguna vez sucedió con Pablo:


"Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne, porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais". Gálatas 5:16-17

Tipos de ayunos



El ayuno absoluto. Este ayuno consiste en la abstención total de alimento alguno, incluyendo líquidos, como el agua. Este tipo de ayuno es peligroso si se hace por demasiados días y si no se hace guiado por el Espíritu.

El ayuno normal. Este es el que hacemos cuando nos inhibimos de ingerir alimentos por un período de tiempo limitado, entre 1 día de 24 horas hasta 7 días. En este ayuno se ingiere líquidos.

Ayuno parcial. Este tipo de ayuno consiste en una dieta limitada. A veces nuestra carne es débil con la Coca-Cola, con el Chocolate, con los vegetales, etc. Pues en este ayuno nos inhibimos de ingerir estos alimentos por un tiempo. ¡No crean que es tan fácil como parece! ¿No comer chocolate? ¡Para algunos es casi mortal! Otra forma de hacer este ayuno parcial es no comiendo una de nuestras comidas por un período definido. Por ejemplo, no comiendo el desayuno, o el almuerzo, por 15 días.

Finalmente tenemos el ayuno que consiste en no ingerir alimento alguno por una o dos noches, mientras oramos toda la noche, sin cesar. Esta oración podría ser en intercesión, u otro tipo de oración.


Cuando ayunamos podemos continuar con nuestras tareas diarias regulares sin mostrar que estamos afligidos por la falta de alimento. Durante estos días de ayuno y de continuar con nuestras tareas regulares, debemos interrumpirlas para orar, aunque sea por breves lapsos. La idea es no hacer que nuestro sacrificio sea notado, sino que sea algo privado entre nosotros y Dios.

Debemos ayunar en secreto, y el deseo debería ser buscar de Dios, buscar su dirección en nuestras vidas, ayudar a nuestro espíritu a dominar sobre nuestra carne y a estar en la presencia del Santo de Israel lo más santificados posible.


»Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público." Mateo 6:16

¿Por qué ayunar?

Buscar la presencia de Dios y su voluntad en nuestras vidas. Ya hemos hablado repetidas veces sobre este motivo. Cuando tenemos una decisión importante que debemos tomar en nuestras vidas, el ayuno resulta esencial, ya que el Espíritu de Dios se comunica con nuestro espíritu salvo. Mientras más fuerte es nuestro espíritu sobre nuestra carne, más clara y efectiva será esta comunicación.
Los líderes de las iglesias deberíamos ayunar cuando debemos tomar una acción disciplinaria contra un hermano o hermana en el Cuerpo de Cristo. Un ejemplo lo vemos cuando Josué tuvo que identificar a la persona que fue el culpable de que los israelitas sufrieran una derrota en Ai, aún cuando Dios les aseguró la victoria. Ver el pecado de Acán en Josué 7:1.
Podemos ayunar como intercesión por nuestra nación, nuestras ciudades, nuestras iglesias, o nuestros amados. Ester y Daniel, por ejemplo, lo hicieron y los resultados fueron magníficos.
Podemos ayunar por los hermanos y hermanas que están siendo perseguidos en todo el mundo por su creencia en Cristo. El ayuno, la predicación del evangelio y la ayuda monetaria y en forma de otros recursos son vitales para que se predique la Palabra en toda nación.
Ayunamos cuando existe una guerra espiritual que debemos lucha, ya sea contra una tendencia pecaminosa o contra un espíritu inmundo o satánico. Un ejemplo lo vemos cuando el chico poseído no fue librado y Jesús informó a sus discípulos sobre la necesidad de orar y ayunar para poder contender con estas fuerzas espirituales.
Existen otras razones más específicas y detalladas por las que podríamos justificar un período de ayuno, pero lo importarte es que, sea por el motivo que sea, siempre lo hagamos para que la voluntad de Dios sea la que se imponga en cualquier situación, no la nuestra. Con denuedo insto a nuestros lectores a orar y a ayunar, en la privacidad de sus hogares, en medio de nuestras ocupadas vidas, en lo secreto de nuestras habitaciones, etc. Insto a nuestros amados lectores a buscar la voluntad de Dios en sus vidas, porque si así lo hacemos, viviremos la vida de victoria que Dios tiene planificada para nosotros.



La abstinencia de comida por motivos religiosos era requisito de la Ley únicamente en el día de Expiación (Lev 16.29, 31; 23.27–32). Cada persona tenía la libertad de optar por esta práctica (2 S 12.16, 21–23). Al regreso del exilio se establecieron cuatro ayunos para recordar los días de la cautividad (Zac 7.1–7; 8.19). Más tarde, el ayuno se incluyó en la fiesta de Purim (Est 4.1–3, 15–17). Jesús aprobó el ayuno, pero hizo serias advertencias sobre su mala práctica (Mt 6.16–18; 9.14–17).

· El ayuno es para el hombre aflicción del alma
· El ayuno ante Dios es para Santificación.

El ayuno Tenia dos Propósitos ? · El primer propósito del ayuno en el antiguo testamento era para humillarse ante Dios Pidiéndole ayuda y perdón cuando cometían pecado y falta delante de el y así evitar
el juicio y la ira de Dios cuando su paciencia llegaba al limite y cuando el pecado era para muerte. No importaba el pecado cual grande fuera, Dios lo perdonaba cuando se humillaban y se arrepentían de corazón, el ayuno lo acompañaban rasgando sus vestidos enseñando su cuerpo, rapándose la cabeza, postrados en tierra y echándose cenizas y polvo sobre su cuerpo. (Aclaración importante; cuando Dios perdonaba, simplemente les perdonaba la vida pero las consecuencias del pecado ellos mismos las pagaban los ejemplos los vemos en toda la Biblia)

· El segundo propósito era el que el hombre hacia cuando enterraban a un familiar, pariente, o amigo, que ellos amaran, como una muestra de dolor, tristeza, y respeto por aquel ser que se iba. (Lo contrario a lo de hoy que en vez de ayunar sirven alimento)

Ejemplos de la Biblia:
(1 Samuel 31:11) 11Cuando los de Jabes de Galaad se enteraron de lo que habían hecho los filisteos con Saúl, 12todos los hombres valientes se levantaron y, caminando toda aquella noche, quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán, y llevándolos a Jabes los quemaron allí. 13Tomaron sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes y ayunaron siete días.

(2 Samuel 1:11) 11Entonces David, tirando de sus vestidos, los rasgó, y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. 12Lloraron, se lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por su hijo Jonatán,

(2 Samuel 12;15) Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. 16Entonces David rogó a Dios por el niño; ayunó David, se retiró y se pasó la noche acostado en tierra. 17Los ancianos de su casa fueron a rogarle que se levantara del suelo, pero él no quiso, ni comió nada con ellos.

(2 Cronicas 20:3) 3Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. 4Se congregaron los de Judá para pedir socorro a Jehová;

(Esther 4:1) 1Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de ropa áspera, se cubrió de ceniza, y se fue por la ciudad lanzando grandes gemidos, 2hasta llegar ante la puerta real, pues no era lícito atravesar la puerta real con vestido de ropa áspera. 3En toda provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, había entre los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación. Saco y ceniza era la cama de muchos.

(Salmo 35:13) 13Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí con ropas ásperas; afligí con ayuno mi alma y mi oración se volvía a mi seno.

(Salmo 69:10) 10Lloré, afligiendo con ayuno mi alma, y esto me ha sido por afrenta.11Me vestí, además, con ropas ásperas y vine a serles por proverbio.

(Joel 1:14) 14Proclamad ayuno, convocad asamblea, congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová, vuestro Dios, y clamad a Jehová.

(Joel 2:12) 12»Ahora, pues, dice Jehová, convertíos ahora a mí con todo vuestro corazón, con ayuno, llanto y lamento.

(Joel 2:15) 15¡Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno, convocad asamblea.

(Jonas 3:15) 5Los hombres de Nínive creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el más pequeño, se vistieron con ropas ásperas. 6Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su silla, se despojó de su vestido, se cubrió con ropas ásperas y se sentó sobre ceniza.

El Propósito del ayuno en el nuevo Testamento

· El ayuno en el nuevo testamento Cristo lo instituyo como una necesidad para la preparación y fortaleza espiritual del Cristiano, (Marcos 2:19)
· Pero para los escribas y fariseos de ese tiempo era simplemente un acto de aparente santidad ante los hombre y no ante Dios. (Mateo 6:16)
· Antes de que Jesús lo instituyera a los Discípulos los seguidores de Juan el Bautista ya lo Practicaban. (Marcos 2:18)

(Marcos 2:18) 18Los discípulos de Juan y los de los fariseos estaban ayunando. Entonces fueron y le preguntaron:

—¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan,

(Mateo 6:16)16»Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.

(Marcos 2:19) Acaso pueden ayunar los que están de bodas mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces, en aquellos días, ayunarán.

(Hechos 14:22) 22confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que permanecieran en la fe y diciéndoles: «Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios». 23Constituyeron ancianos en cada iglesia y, después de orar y de ayunar, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

el propósito del ayuno es el de afligir el alma ante Dios humillándonos y dándole lugar para que nos prepare nos santifique nos use con su poder. Pero debe de ir acompañando de oración y de lectura de su palabra. Ya que es el proceso de comunión con Dios.
El ejemplo claro lo dio Jesús al irse al desierto para ayunar por 40 días y 40 noches.

(Lucas 4:1) 1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto 2por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre.

(Mateo 4:1) 1Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. 2Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, sintió hambre. 3Se le acercó el tentador y le dijo:

—Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

(Marcos 1:12) 12Luego el Espíritu lo impulsó al desierto. 13Y estuvo allí en el desierto cuarenta días. Era tentado por Satanás, y estaba con las fieras, y los ángeles lo servían.

· El ayuno debe ser reverente, con una vida piadosa delante de Dios. Con esto no se quiere decir que el hombre tiene que ser perfecto, pero antes de ofrecer ayuno a Dios debemos estar conscientes de que primero estemos a cuentas con nuestro hermano o nuestro prójimo y estemos libres de rencillas, pleitos, amargura, ira, enojo, que anide en nuestro corazón. Con esto me refiero a que no guardemos enojo, celos, rencor, venganza, en el corazón.
(Por que los pleitos, los enojos y los desacuerdos, el enemigo siempre los pone por delante de nosotros para caída y aflicción de espíritu pero no les debemos dar cabida para que aniden.) (Efesios 4:26) 26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al diablo.

DIOS PIENSA EN TI, PERO NO POR TI....


Aprende a pensar. Has tuyos los pensamientos del Señor para que se multiplique en tu vida y se hagan realidad.
Dios piensa en ti pero no por ti
Efesios 3:20 nos confirma: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.
Dios es poderoso y constantemente vemos muestras de ello. Por fe comprendemos que hizo el universo con Su palabra, por eso sabemos que las palabras tiene poder porque vienen de nuestros pensamientos. Son capaces de crear o destruir, de sanar o enfermar, propiciar la paz o la guerra y darnos amigos o enemigos.

El escritor de este pasaje no exagera cuando dice que Dios puede hacer “mucho más abundantemente”, así como no es exageración hablar de Su inmenso amor que lo movió a entregar a Su Hijo por nosotros, y tampoco se exagera sobre Su misericordia que es nueva cada mañana, o Su perdón que toma nuestros pecados y los envía al fondo del mar para no recordarlos más. Entonces, debemos convencernos de que no hay palabras para describir Su poder que es capaz de hacer mucho más de lo que entendemos y pensamos. Por eso es importante que pensemos.

Nuestros pensamientos son el punto de partida de la obra del Señor. No puede hacer “más” sino tiene con qué. Primero debes darle la materia prima para que haya punto de comparación. Si piensas que Dios puede sanarte, seguramente te dará salud en abundancia. Si piensas que Dios te bendecirá y te levantará, ten por seguro que Él tomará ese pensamiento y lo hará palpable de forma sorprendente. Piensa bien porque Su obra se basa en ello. Nunca he visto a Dios bendecir a alguien que piensa mal de sí mismo. Quienes dicen “soy un inútil” no le dan al Señor material para hacer algo útil en sus vidas. Por el contrario, aquellos que no se disfrazan de falsa modestia y dicen: “Dios está conmigo”, son levantados. David no dijo: “soy rubio de hermoso parecer y hermosos ojos, por eso no podré vencer a ese gigante que nos amenaza”, al contrario, creía en Dios y en él, por eso le explicó a Saúl cómo peleaba contra leones y osos por defender las ovejas de su padre. Dios le da la victoria a quienes confían en Sus promesas y en las capacidades que les ha dado para salir adelante.

Sus pensamientos debes ser los tuyos
Salmo 139: 17 dice sobre los pensamientos de Dios: ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.
Los pensamientos que Dios tiene sobre nosotros son preciosos y se multiplican. El salmista hizo suyos los pensamientos de Dios, nota que dijo: cuán preciosos “me” son tus pensamientos. Es decir que debemos apropiarnos de los maravillosos pensamientos del Señor y pensar como Él. El profeta dijo: “tus pensamientos no son mis pensamientos, tus caminos no son los míos”, eso significa que debemos hacer nuestros los pensamientos del Señor para poder caminar en bendición. Dios piensa bien de ti, toma esos pensamientos y hazlos tuyos.

Debes ser capaz de enumerar esos buenos pensamientos que tiene sobre ti porque solamente así podrán multiplicarse. Escríbelos, léelos en las Escrituras, proclámalos y medítalos para que Él los tome y multiplique. Si crees que tiene una promesa para ti, las convertirá en tres; si piensas que son tres, las convertirá en nueve; si estás convencido de que son nueve promesas, Él te sorprenderá con ochenta y una. Todo lo bueno se incrementa cuando nos apropiamos de Sus pensamientos de bien para nosotros. El día que le entregué mi vida, sabía muchas cosas de mí y también sabía algunas sobre Él, pero ignoraba todo lo bello que Él pensaba de mí. Lo que cambió mi vida y cambiará la tuya es conocer y aceptar lo que piensa de nosotros, cuánto anhela bendecirnos y hasta dónde puede llevarnos. No basta saber de Dios y de ti mismo, es imprescindible que sepas y hagas tuyos los pensamientos de bien que el Señor tiene sobre ti.


Piensa en lo bueno
Filipenses 4:8 nos aconseja lo que debemos pensar: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
El consejo es claro, no llenes tu cabeza de pensamientos de fracaso y pecado. Sé positivo y piensa en todo lo bueno. Evalúa tu pensamiento. Lee estas palabras y clasifícalas según sean “de buen nombre” o “de mal nombre”: suicidio, enfermedad, divorcio, hijos en drogas, robo, corrupción, injusticia, chismes, pobreza, inmoralidad sexual. Ahora lee éstas: hogar, esposa, amor, paz, sana economía, justicia, salud, trabajo, servicio. Definitivamente las primeras nueve son de mal nombre y no debes pensar en ellas para no atraerlas a tu vida. Por eso, ten cuidado con quien conversas porque dice la Palabra que las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Evita a las personas que no pueden ayudarte a llenar tu mente con pensamientos positivos, todo lo que hablas y escuchas influye en tu forma de pensar y actuar.
La perfecta voluntad de Dios
Romanos 12: 2-3 aconseja: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, créelo, no es exageración, pero de tus pensamientos depende que la experimentes. Nunca dudes de ello. Cuando te sientes derrotado y preguntas: ¿Por qué Dios permite esto, por qué me pasa a mí?, no estás pensando como deberías y le demuestras al Señor que dudas de Él. En la iglesia podemos interceder por ti, llorar, orar y aconsejarte, pero nadie, ni Dios, puede pensar por ti. Esa es tu tarea y mientras no pienses como Él, no leas las Escrituras y te convenzas de Sus promesas, no podrás pensar y hacer tuya Su voluntad de bien. Acércate al Señor y busca Su consejo, los libros de Eclesiastés y Proverbios son muy prácticos y te enseñan sobre el pensamiento de Dios en cada situación. No hay mejores recomendaciones que las de tu Padre Celestial.

Llena tu mente y corazón de fe, no de duda, temor o cuestionamiento. Todos tenemos una medida de fe diferente y podemos incrementarla. Demuestra tu fe y piensa bien de ti porque la gente que piensa mal de otros está proyectando lo que lleva dentro. Persevera en pesar las cosas que Dios te dio para que se multipliquen en tu vida.
Aprender a pensar
Hebreos 4:12 describe la Palabra: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
La eficacia se relaciona con acciones, sólo una acción puede ser eficaz. Aprende a ser eficaz en lo que piensas, aprende a pensar pues somos lo que pensamos. Somete tus pensamientos a la Palabra del Señor, haz tiempo para pensar si lo que estás pensando es correcto. Piensa sobre tus pensamientos, parece difícil pero no lo es, evalúalos, si lo que tienes es mente es correcto, bueno, puro, noble y digno de alabanza, tómalo y ponlo en práctica, de lo contrario deséchalo y busca renovarte.


La perseverancia que da paz
Isaías 26: 3 reconforta: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Persevera en Sus pensamientos y no desconfíes nunca de Él. Aunque lo que anhelas no venga en el momento que quieres, no desesperes ni permitas que la desconfianza entre en tu corazón, porque esa duda te robará la paz. Dios sólo puede guardar en completa paz a quienes siempre piensan bien de Él aunque la circunstancia esa adversa. El Señor no puede bendecir al de doblado ánimo que un día piensa una cosa y otro día cambia de parecer.

Hemos aprendido a pensar por reacción y no proactivamente. Nuestra mente no descansa, todo el día pensamos, tenemos ideas, somos bombardeados por lo que vemos y escuchamos. Esa transacción de pensamientos no se detiene, pero debes hacer tiempo para detenerte y aprender a pensar bien. Muchas veces nos arrepentimos de los que decimos y hacemos porque no pensamos bien las cosas y actuamos por reacción. Entonces debemos pedir perdón por los errores que cometemos.

Cambia tu sistema, reflexiona sobre tu forma de pensar y aprende a hacerlo proactivamente, con calma y viendo hacia el futuro. Detente a pensar, aparta un tiempo para estar a solas con Dios y Su palabra, pídele que te enseñe a hacerlo, que te ayude a hacer tuya Su voluntad buena y perfecta, que te muestre Sus promesas y las aceptes antes que las malas noticias. Él puede ayudarte a entender que está a tu lado, que tú y el Él son mayoría y que si se cierra una puerta, Él siempre abrirá otra. Con esos pensamientos, sabrás que ante la crisis, no te despedirán y si lo hacen, tendrás otra puerta abierta ante ti. Pensando así podrás enfrentarte a todo. Si llegas a tu oficina y el gerente te llama porque tiene una noticia que darte sobre el despido de personal, puedes pensar dos cosas, que te despedirán o que serás de los que se quedan. Si la noticia es que te vas, puedes decir que agradeces la oportunidad y pensar que así como se cierra esta puerta, Dios abrirá nuevas.

Cierta vez una persona metió en mi un pensamiento negativo. Entonces le consulté a mi Padre Celestial. Le dije que estaba haciendo lo que me había pedido pero que aún estábamos a tiempo para detenernos. Su respuesta fue que yo decidía qué tipo de vida deseaba. Así que le pedí perdón y renové mis fuerzas.


Nuestros pensamientos nos ponen frente a las bendiciones o al borde del fracaso.

Adórale y dale gracias, entrégale tu corazón y mente, confía en Él porque tus pensamientos en el Señor te harán fuerte. Su fidelidad te llevará más allá de lo que imaginas y Su mirada te llenará de paz. Lleva cautivo todo pensamiento a Su obediencia, piensa bien, piensa como el Señor y haz tuyas Sus promesas.

Frases:

Nunca he visto a Dios bendecir a alguien que piensa mal de sí mismo. Quienes dicen “soy un inútil” no le dan al Señor material para hacer algo útil en sus vidas. Por el contrario, aquellos que no se disfrazan de falsa modestia y dicen: “Dios está conmigo”, son levantados.

Dios le da la victoria a quienes confían en Sus promesas y en las capacidades que les ha dado para salir adelante.

Los pensamientos que Dios tiene sobre nosotros son preciosos y se multiplican. Debemos apropiarnos de ellos y pensar como Él.

No basta saber de Dios y de ti mismo, es imprescindible que sepas y hagas tuyos los pensamientos de bien que el Señor tiene sobre ti.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, créelo, no es exageración. De tus pensamientos depende que la experimentes.

no llenes tu cabeza de pensamientos de fracaso y pecado. Sé positivo y piensa en todo lo bueno.
Evita a las personas que no pueden ayudarte a llenar tu mente con pensamientos positivos porque todo lo que hablas y escuchas influye en tu forma de pensar y actuar.

En la iglesia pueden interceder por ti, llorar, orar y aconsejarte, pero nadie, ni Dios, puede pensar por ti. Esa es tu tarea y mientras no pienses como Él, no leas las Escrituras y te convenzas de Sus promesas, no podrás pensar y hacer tuya Su voluntad de bien.

Llena tu mente y corazón de fe, no de duda, temor o cuestionamiento. Todos tenemos una medida de fe diferente y podemos incrementarla.

Demuestra tu fe y piensa bien de ti. La gente que piensa mal de otros es porque piensa mal de sí mismo y proyecta lo que lleva dentro. Persevera en pesar las cosas que Dios te dio para que se multipliquen en tu vida

Aprende a ser eficaz en lo que piensas, aprende a pensar pues somos lo que pensamos. Somete tus pensamientos a la Palabra del Señor, haz tiempo para pensar si lo que estás pensando es correcto.

Piensa sobre tus pensamientos, parece difícil pero no lo es, evalúalos, si lo que tienes es mente es correcto, bueno, puro, noble y digno de alabanza, tómalo y ponlo en práctica, de lo contrario deséchalo y busca renovarte.

Persevera en Sus pensamientos y no desconfíes nunca de Él. Aunque lo que anhelas no venga en el momento que quieres, no desesperes ni permitas que la desconfianza entre en tu corazón, porque esa duda te robará la paz.

Nuestros pensamientos nos ponen frente a las bendiciones o al borde del fracaso.

Adórale y dale gracias, entrégale tu corazón y mente, confía en Él porque tus pensamientos en el Señor te harán fuerte.

A PESAR DE NUESTRAS DIFERENCIAS... ME CASARIA CONTIGO DE NUEVO


Como conseguir que las diferencias personales se conviertan en algo positivo y fortalezcan la relación matrimonial.

Los conflictos en el matrimonio:

•¿Son acaso inevitables?
•¿Se pueden resolver todos positivamente?
•¿Por que no se entienden las parejas y a veces discuten sin causa aparente, a pesar de que se aman?
•¿Se puede prevenir la infidelidad conyugal?
•¿Lleva inevitablemente la "incompatibilidad de caracteres",a la ruptura conyugal?


Cualquier matrimonio puede ser feliz si los dos se lo proponen, a pesar de todas las diferencias.

MUJER ENCANTADORA


El artede ser la mujer encantadora por Helen B. Andelin, en español.

Ser amada y alabada es el objetivo primordial de la mujer en el matrimonio. Este libro ha sido escrito para restaurar su fé en dicho propósito, para sugerirle los principios que usted deberá aplicar para ganar el amor

verdadero y total de un hombre.

SOLOS Y SOLAS: MITOS Y ATADURAS QUE IMPIDEN ENCONTRAR PAREJA


Suele hablarse de “solos y solas” en referencia a las personas sin pareja. Pero uno puede estar solo estando casado o teniendo familiares. “Solo” es un estigma que debemos desterrar, son sencillamente personas “sin pareja”.

En nuestra sociedad las personas sin pareja tienen varias ofertas que van desde consultoras matrimoniales, lugares de bailes para solos y solas, conferencias para encontrar pareja, etc.


Este libro no enfoca esta realidad de la misma manera. Trata sobre cómo ayudar a los solteros, viudos, separados y adultos sin pareja a encontrar una pareja estable, revisando tres áreas: Mitos, presiones y ataduras que deben sanar para poder ser más libres en la búsqueda de pareja.

SANIDAD DEL ALMA HERIDA

Cristo murió tanto para salvar nuestro espíritu, al igual que para sanar nuestra estructura síquica; su sacrifico tuvo como fin la restauración del individuo en una forma integral y plena. Dios sana en diferentes niveles. Primero, El sana todo lo que la persona puede abrirle a El, iniciando un proceso de restauración en esta nueva área de su vida. 

Luego Dios le muestra a un nuevo nivel lo que debe ser traído a ÉL. Nuevas etapas de la vida, tales como: el noviazgo, el matrimonio, el ser padre o madre, etc., traen sus propias necesidades de sanidad. Este proceso, puede durar semanas, aun meses o años. Después de recibir sanidad, la persona tiene que aprender a andar en ella. ¿Qué tal si sufre nuevos traumas? Si Dios le ama tanto y le sana, ¿por qué no han sido resueltos todos sus problemas? ¿Cómo puede uno ayudar a otros que sufren? Estas y otras preguntas semejantes surgieron con tanta frecuencia, que nos ha sido necesario y vital buscar la guía del Espíritu Santo para desarrollar nuevas respuestas que pudiesen proveer herramientas, para permanecer sana y ayudar a otros en esas áreas. 

Sanidad Integral. ¿Cómo es posible que una persona pueda llegar a tener problemas tan agudos en su vida? Para entenderlo tenemos que comprender la manera en que Dios nos ha creado. El nos conoce mejor que nosotros mismos. Los psicólogos que estudian al individuo logran encontrar ciertas verdades respecto a nuestra naturaleza; pero la Persona que nos creo nos conoce detallada y minuciosamente en todos los aspectos de nuestra existencia. Si hay algo que no anda bien, Dios conoce claramente el origen del problema y tiene la capacidad de solucionarlo, si nosotros se lo permitimos. 

Si un automóvil no marcha bien, podemos llevarlo al taller, el mecánico, quien ha estudiado y conoce su oficio, esta en capacidad de reparar algunas de las partes dañadas. Pero si el automóvil tiene un problema muy grave, hay que enviarlo a la fabrica donde fue construido. Quienes fabricaron el auto, conocen su estructura y cada una de sus partes, y sabrán como ponerlo en funcionamiento de nuevo. De la misma manera Dios nos conoce y quiere reparar nuestras vidas. En Lucas 4:18, 19 y 21 Cristo dice: El Espíritu del Señor esta obre mi, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar a los cautivos y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor. 

Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. Cristo ha venido a sanar a los quebrantados de corazón. El vino a libertar a los cautivos, incluyendo la cautividad que generan nuestros propios complejos. ¡Cristo ha venido para darnos libertad! En el Salmo 147:3 dice: El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas. Dios no nos regaña cuando tenemos heridas, Él nos sana. En Isaías 53:4-5 dice: Ciertamente llevo nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido y abatido. Mas El herido de Dios fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Observemos el versículo 4 nuevamente. 

Cristo llevo nuestras enfermedades y nuestros dolores. Dolores y enfermedades son dos vocablos diferentes, con distintos significados que pueden presentarse simultáneamente o en situaciones independientes. La palabra del Señor nos habla en cuanto a nuestras enfermedades físicas y nuestros dolores síquicos. El también llevo nuestros pecados. Todo lo anterior nos permite concluir que enfermedad, dolor y pecados son nominativos diferentes que afectan diferentes partes de nuestro ser. En 1Tes. 5:23-24, la palabra del Señor nos dice: Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sean guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo, fiel es el que os llama, el cual también lo hará. 

En griego, el idioma original en el cual el NT fue escrito, la palabra que quiere decir alma es psykhe, la cual da origen a nuestra palabra psiquis sicología. Al leer el versículo tal como esta en el original, encontramos: El mismo Dios de paz os santifique por completo y todo vuestro ser, espíritu, psiquis y cuerpo, sean guardados irreprensibles para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. 

Sanidad Espiritual Oímos decir con mucha frecuencia en nuestras iglesias que Cristo vino para sanarnos espiritualmente y perdonar nuestros pecados. Esta es la base de nuestra sanidad. Cuando nos entregamos al Señor Jesucristo, Él entra en nuestra vida, nos limpia de nuestros pecados, nos hace sus hijos y nos da su salvación. La palabra soso en griego quiere decir de manera indiscriminada, salvar y sanar. No existen en tal sentido dos palabras diferentes. Cristo no vino solamente para salvarnos, sino también para sanarnos, cuando El salva espiritualmente, sana también nuestro espíritu. Ambos elementos son parte de un proceso único y completo. 

Sanidad Física. La Biblia también nos habla acerca de la sanidad física. Santiago nos dice que si alguien esta enfermo, debe llamar a los ancianos de la Iglesia, quienes le ungirán con aceite, oraran por el y Dios le sanara. De dicha sanidad física oímos hablar con mucha frecuencia. Constantemente las Iglesias realizan grandes campañas donde se ora por sanidad física, aunque esta área es de indispensable importancia para la vida de los creyentes, no la ampliamos en este trabajo, ya que no constituye su propósito central. Incluimos, sin embargo, esta corta sesión con el propósito de agregar la línea de sanidad física a nuestro triangulo humano. 

Sanidad Psicológica. La estructura psicológica es una parte muy importante de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, casi nunca se habla en nuestras Iglesias acerca de la sanidad que esta área requiere. Casi nunca se menciona que Cristo también vino para sanar nuestra psiquis. Dicha sanidad casi siempre la dejamos en manos de los psicólogos, la mayoría de los cuales no conocen a Cristo. Es una lastima la carencia de una adecuada enseñanza en esa área, ya que el Señor vino para sanar nuestra psiquis tanto como nuestro espíritu y cuerpo. En Santiago 5:14-16 no solamente se habla de los enfermos que han de ser sanados y los pecados que serán perdonados; también se nos dice que debemos confesar nuestras ofensas los unos a los otros, y orar los unos por los otros para que seamos sanados. 

Sanidad Integral {en su completo proceso} Como consecuencia de lo anterior, el triangulo de nuestra sanidad estaría constituido de la siguiente manera: --Sanidad del cuerpo, al llamar a los ancianos, y estos ungirnos con aceite. Cristo llevo nuestras enfermedades en la cruz. --Sanidad de la psiquis, al confesar nuestras faltas. Cristo llevo nuestros dolores en la cruz. --Sanidad del Espíritu, al confesar nuestros pecados. Cristo llevo nuestros pecados en la cruz. Un aspecto muy importante es el hecho de que cada uno de los procesos de sanidad se lleva a cabo por medio de la oración. Esta ha de ser el instrumento determinante en el desarrollo de tal ministerio. Continuamente ayunamos y oramos, buscando echar fuera demonios, con el fin de encontrar en el Señor solución a nuestros problemas. Si hay demonios en la vida de alguien, desde luego, se deben echar fuera, pero muchas veces el problema no se encuentra en el área espiritual, sino en el área psíquica. 

Muchos creyentes piensan que cuando uno se entrega al Señor Jesucristo y ha sido sanado espiritualmente, todo en la vida queda totalmente en orden. Sin embargo, pronto descubrimos que no todo marcha bien, pues hay complejos y depresiones que persisten. Nos preguntamos entonces: ¿No esta todo mi pasado perdonado, todo aquello que ocurrió en mi vida? Es cierto que todo esta perdonado, pero no necesariamente todo esta sanado. No hay culpa, pero si hay dolor. Cristo vino para llevar los dolores tanto como los pecados y las enfermedades. También debemos decir que el carácter de nuestra sanidad es relativo; ya que nunca estaremos completamente sanos, sino hasta que moremos eternamente en el cielo. 

Consecuentemente, así como podremos tener un resfrío de vez en cuando o una tentación u otro problema espiritual, de la misma manera podremos sufrir dificultades psicológicas. Sin embargo si llegamos a sufrir de neumonía u otra enfermedad que nos hiciera permanecer en cama, o ser hospitalizados, ya no estaríamos tratando con una enfermedad normal. Así mismo, en el área psicológica, no se tiene que estar necesariamente recluido en un hospital mental como prueba de la presencia de complejos y depresiones o de serias dificultades en nuestras relaciones con otros individuos, los cuales no nos permiten funcionar libremente. En tales casos, nuestra salud psicológica, esta afectada y será la lógica consecuencia de no haber entregado nuestros dolores psicológicos al Señor Jesucristo. Muchos cristianos piensan que al recibir sanidad espiritual toda la vida estará, como popularmente expresamos, en un estado de gloria y aleluya y, por lo tanto, todo deberá marchar a la perfección. Como consecuencia, llegamos a creer que si se presentan problemas psicológicos es porque nuestras vidas no son genuinamente cristianas. 

Complejos de inferioridad. Todos nosotros tenemos complejos. Ellos son el producto de no haber recibido amor, perdón, protección o alabanza de una forma adecuada. Muchos tenemos complejos de inferioridad muy agudos. El complejo de inferioridad podríamos decir que es como un termómetro. En la historia ha habido solamente una persona completamente equilibrada, El no se sintió inferior ni superior, estaba en el punto cero del termómetro. Cristo fue la única persona en este mundo que pudo vivir en este punto. En Juan 8:14 dijo: Yo sé de donde he venido, yo sé adonde voy. Él era Dios, pero no se sentido superior, fue clavado en la cruz, pero no se sintió inferior. Pudo enfrentarse con reyes, pero no se sintió tan superior que no quisiera hablar con la mujer de la calle. 

Nosotros nunca podremos llegar al grado a que Él llego, pero esa debe ser nuestra meta, nosotros siempre nos encontramos debajo de la línea cero, siempre nos sentimos inferiores a otras personas en algún grado. Si tenemos sentimientos de inferioridad de dos grados en el termómetro, tenemos que compensar esa deficiencia haciendo cosas que nos hagan sentir de dos grados superiores a los demás, de lo contrario vamos al suicidio, no podemos vivir con esa descompensación. 

Por eso, tenemos que comportarnos en una forma de superioridad de dos grados. Si sentimos una inferioridad de cuarto grados, tenemos que llenarlos con una actitud de superioridad de cuatro grados, o no podríamos aguantar la deficiencia. 

¿Cómo nos comportamos cuando tenemos sentimientos de inferioridad? ¿Cuáles son los mecanismos que usamos para defendernos de la descompensación? Los siguientes síntomas nos dan unas pautas: 

Aislarse Veamos el caso de cierta joven. Nunca quería tener amistad con ninguna de las compañeras de estudio, pues decía: Es que siempre me meten en problemas. Según la joven, ella no tenia problemas, eran las otras las que los tenían. Este era el resultado de su complejo de inferioridad, pues se sentía demasiado inferior para tener compañerismo y por eso se aisló, digamos, a un tercer grado. Lleno estos tres grados con: no tener problemas con nadie, lo cual le dio un sentido de valor. 

Tratar de llamar la atención. Muchas veces queremos ser el centro de atención, mientras todo gira a nuestro alrededor, sentimos que al menos tenemos algo de valor. Es por eso que tratamos de llamar la atención. Un joven nos dijo una vez: ¡Yo soy profesional! ¡Tanto como usted es profesional, así, también soy yo! El tenia sentimientos de inferioridad muy agudos; a pesar de eso, el había logrado obtener un titulo universitario y con eso trato de obtener valor ante los demás. Así compenso su complejo de inferioridad con su carrera. 

Sentirse demasiado susceptible. El que se siente inferior es demasiado susceptible; no resiste la critica; mira a todo el mundo como si fuera superior a el. Cuando lo critican se siente aun más inferior, no puede aceptar la critica. También puede suceder que no acepta el halago. Este joven profesional, rechazaba toda clase de elogios. En cierta ocasión le planteamos que valorábamos algo que el había hecho y nos contesto: No me digan eso, pues yo no soy amigo de las personas que me elogian, yo quiero que me digan lo que esta mal en mi. El decía eso porque el mismo se daba cuenta de que había algo que marchaba mal en el, pensaba que el rechazar los halagos le hacia ganar valor, porque por lo menos tenia la capacidad de darse cuenta de que tenia problemas. No podía, por lo tanto, recibir tales halagos. La persona con sentimientos de inferioridad busca recibir halagos todo el tiempo o los rechaza completamente. Cristo podía recibir halagos o criticas sin sentirse inferior, porque El sabia quien era y a donde iba, no tenia ningún sentimiento de inferioridad, o de superioridad. 

Ser demasiado posesivo. El que se siente inferior tiende a ser demasiado posesivo. Se le oye decir: Esas son mis cosas, que nadie me las toque. Es mi amigo. En este sentido, el comportamiento de las jóvenes de una iglesia nos llamo la atención. Unas se sentían inferiores e inseguras, si al llegar a la Iglesia el domingo, descubrían que su mejor amiga entablaba relación con cualquier otra persona, este hecho era suficiente para motivarle a no continuar asistiendo a la Iglesia. Decían: Ella me quito mi mejor amiga. Sentían que si tenían una amiga especial, tenían valor, pero lo per5dian si alguien también tenia amistad con esta persona. Las jóvenes suplían su inferioridad con amigas especiales. 

Buscar el Perfeccionismo. Hay personas que tienen que hacer todo perfecto. Si no lo hacen así, se sienten sin valor. Si no pueden alcanzar el 100% de perfección, sienten que ya no valen nada. Si tienen cinco grados de inferioridad, los tienen que compensar con cinco grados de perfeccionismo. Otras personas que tienen apenas un grado de inferioridad, puedan tolerar cometer algunos errores, sin descompensarse. 

Criticar a otros. Los que se sienten inferiores critican demasiado a los demás. Dicen: El no sabe nada, mire lo que ha hecho. ¿Cómo puede ser tan bobo para hacer eso? Si alguien se siente inferior a otra persona pero ve que aun es capaz de notar las faltas de los demás, siente que por lo menos vale un poco. De otro lado, cuando esta persona pasa cerca de un grupo y oye que están hablando en voz baja, lo primero que piensa es: Están hablando mal de mí. Nunca se le ocurre pensar que ellas podrían estar planeando celebrar su cumpleaños. Esta seguro de que siempre están hablando mal de el. 

Sanidad de la Sexualidad. Muchas personas necesitan sanidad en cuanto a su sexualidad. ¡Cuantas mujeres han sido violadas siendo niñas y después sienten que no valen nada! ¡Cuantos jovencitos fueron llevados a una casa de citas por su propio padre y tienen pésimos conceptos del sexo, pues piensan que la mujer es un objeto para conquistar y usar, y nada mas! ¡Cuantos hombres fueron victimas, cuando niños, de actos homosexuales! Como consecuencia de todo ello, su concepto acerca de la relación sexual es totalmente distorsionado. Cristo también vino para cargar todos estos traumas en la cruz. Obstáculos para decir la verdad. La verdad os hará libres dijo Jesús. Pero muchas personas tienen temor de decir la verdad en cuanto a lo que sienten. 

Entre los obstáculos para decir la verdad se encuentran: El temor de culpar a otros: Hay personas que no dicen la verdad en cuanto a lo que sienten porque no quieren culpar a sus padres, por ello debemos entender que expresar la verdad en cuanto a lo que sentimos, no quiere decir que lo estamos culpando, ellos seguramente hicieron lo mejor que pudieron. Al fin y al cabo, ellos tenían sus propias heridas ocasionadas por sus padres, y aquellos, las de sus padres. Más aun, si no permites que Dios te sane a ti, vas a trasmitir tus heridas a tus hijos. No podemos ser diferentes de lo que somos; vamos a vivir con nuestros hijos, tratándolos como nos trataron a nosotros. Alguien tiene que romper esta cadena, diciendo la verdad, eso no es culpar a alguien. ¿Quién era culpable de que yo tuviese ese sentimiento de culpa de pensar que yo había ocasionado alguna cosa grave en el seno familiar? 

El Temor a lo Desconocido. Otro obstáculo para decir la verdad es el temor a lo desconocido. Tú puedes pensar: Pero si empiezo a decir la verdad en cuanto a lo que yo siento, ¿Qué es lo que voy a encontrar mas adentro? Tenemos temor de lo que puede estar escondido dentro de nosotros que no hemos descubierto. Si digo la verdad, ¿qué es lo que voy a encontrar debajo de todo? Decir la verdad duele, dolió cuando entro y va a doler al salir. No es suficiente hablar en cuanto a lo que ha pasado, es necesario sentir el dolor otra vez. 

Tu puedes llorar amargamente en cuanto a lo que te ha pasado, pero si no sacas el dolor en si, vas a quedar lo mismo que antes. Tienes que sacar lo que tu sentiste cuando las cosas pasaron. ¿Cuál fue el sentimiento que acompaño la difícil experiencia que viviste? Precisamente de ese sentimiento es que tenemos temor y es porque nos dolió tanto cuando aquello paso, que ahora no queremos que ese dolor se repita otra vez. Casi siempre en la mitad del proceso de sanidad, cuando la persona esta excavando mas y mas en su vida pasada, llega a gritar:¡No va a terminar esto nunca! ¿Tengo que seguir sintiéndome así por toda la vida? ¡Este proceso no sigue por siempre! Hay un final. Sin embargo, cuando uno esta en la mitad del proceso, parece como si no fuera terminar. Piensa si tienes 20 o 40 años de vivir con estos dolores, tienes 20 o 40 años para excavar antes que todo salga. Empeoro, hay un final. El proceso no va a continuar por siempre. Cristo es la solución inefable. 

El mal Concepto de Dios. Otro obstáculo para decir la verdad es nuestro concepto de Dios. ¿Cómo es Dios para ti? ¿Es como tu padre? ¿Muy rígido, listo para aprehenderte y castigarte? Es muy interesante saber que nuestro concepto de Dios concuerda con lo que nosotros experimentamos y sentimos en cuanto nuestro padre terrenal. No estamos hablando en cuanto a lo que nuestra mente sabe acerca de Dios, sino de lo que nosotros sentimos acerca de Dios. Fue Sigmundo Freud, El padre de la psicología, quien dijo que nosotros proyectábamos a Dios, partiendo del concepto que tenemos de nuestro padre. Dijo parte de la verdad, es cierto que nosotros formamos nuestro concepto del carácter de Dios según lo que haya sido y lo que la madre nos haya dicho acerca de nuestro padre, pero eso no es lo que hace a Dios existir como realmente es. Dios existe tal cual es a pesar de nuestro concepto de Él, no según nuestro concepto de Él. 

Sin embargo, nuestras experiencias con nuestros padres nos dibujan el cuadro que tenemos en nuestra mente, a través de la cual filtramos nuestra relación con El. Es interesante saber por que Dios nos dice que El es como un padre. Dios tenia todo nuestro vocabulario delante de si, del cual podía escoger una palabra para decirnos como es El. Habría podido escoger la palabra árbol, un, árbol es muy agradable cuando hace mucho calor y es bueno cuando hace frío porque podemos cortarlo y hacer fuego, podemos construir con el una casa. Pero un árbol no es un buen amigo y, desde luego, quisiéramos tener algo mas que un árbol como Dios. 

Dios hubiera podido escoger la palabra perro para decirnos como es El, un perro es el mejor amigo del hombre, es un buen compañero cuando uno se siente solo, un perro amable nos protege, pero en ocasiones es sucio también ¿cierto que no seria agradable tener como Dios a un perro?. Dios tenia acceso a todo nuestro vocabulario para escoger una palabra para decirnos como es El, y escogió la palabra padre, porque esta lo representa mejor que cualquier otra de las palabras que tenemos. Esa seguramente era la palabra precisa para describirlo cuando nosotros, representados en Adán y Eva, estuvimos en el paraíso. Antes de la caída del ser humano, el padre no hubiera tenido los problemas que afronta ahora, hubiera sido un padre como nosotros hubiéramos querido tenerlo. Pero la raza humana cayo en el pecado y con ella, los padres también, a pesar de eso el padre sigue representando a Dios para el niño, el padre para el es la persona mas fuerte del mundo, cuando la mama le dice esperemos a que venga papa, el es mas fuerte, yo no puedo, el niño percibe que el papa lo puede todo, para el, su papa es un Dios, el niño forma sus primeros conceptos acerca de Dios según como sea su papá sin embargo ya no estamos en el paraíso y el padre tiene defectos, ya no representa correctamente a Dios ahora aprendemos como es Dios, observando a nuestro padre con sus virtudes y sus defectos, para cada persona Dios tiene los mismos defectos que tiene el padre. 

Cómo retener la sanidad interior Puede ser que todo el dolor de tus heridas y traumas haya desaparecido, pero puede ser que no estés seguro del todo. Si fuese así, no digas que todo esta bien, porque es solo la verdad la que te hace libre. Pide que Cristo te muestre si hay algo que todavía esta reprimido dentro de ti. Tu has sido sanado hasta el punto en el cual has podido abrirte y decirle a Dios la verdad en cuanto a tus dolores. Además, Dios sabia cuanto podías soportar durante esa primera experiencia por lo tanto, todo lo que pudiste aguantar, y todo lo que El te mostró, era apenas el primer nivel de dolor que habías acumulado, ahora, El quiere llevarte a un nivel mas profundo. Sencillamente quédate quieto delante de El y permite que te muestre lo que esta en ese nivel, confía en El y El te guiara con suavidad y cariño, El quiere sanarte mucho mas que lo que tu mismo puedes desear. Si te parece que has llegado a un punto donde no puedes seguir adelante, pídele a Dios que te ponga en contacto con un buen consejero cristiano que te pueda ayudar a entender lo que Dios quiere mostrarte, si sientes que ya todo aquello en la lista ha sido llevado por cristo en la cruz, quémala, no la guardes porque Cristo ya te ha despojado de esa carga. Nada de lo que esta escrito allí te pertenecen ti, todo es ahora propiedad de El. Si mas tarde Satanás te dice: Pero ¿es que no recuerdas lo que te han hecho?, Puedes responderle sin temor y decirle: Yo eche eso sobre Cristo, El lo llevo por mi en la cruz y eso ya no tiene nada que ver conmigo....... Hábitos al pensar Nosotros como seres humanos desarrollamos hábitos al pensar, cuando recordamos algo o a alguien que nos causo dolor, al mismo tiempo recordamos el dolor en si que tal persona o situación nos causo. Todos hemos desarrollado estos hábitos de pensar ¿cómo podemos romperlos?. La Biblia nos dice en Romanos 12.2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos, por medio de la renovación de vuestro entendimiento. Nosotros debemos tener nuestro entendimiento, o sea nuestra manera de pensar, renovado, cambiado. 

Tal vez tu hayas tratado de romper el habito de cualquier cosa pero no se rompe de un día para otro, hay que luchar, lo mismo pasa con nuestros hábitos de pensar, mientras mas firme este el habito arraigado en ti, mas tienes que luchar, ¿cómo lo vas a hacer?. Los pensamientos se parecen a la goma, la sacamos de una mano y se pega a la otra, luego la sacamos de esta última y se pega en la primera, no podemos quitarla, así sucede también cuando tratamos de cambiar el habito de pensar. Dios sabia que éramos así y nos dio la solución, se encuentra en Filipenses 4.8. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. 

Debemos solamente pensar en lo positivo, es una orden de Dios, no una sugerencia, es un mandato, Dios no nos permite el lujo de recordar y pensar en lo negativo, sabe como nos hizo, sabe que la única manera que tenemos de cambiar la vana manera de pensar o vivir que recibimos de nuestros padres (1Pedro.1.18), es llenando nuestra mente con lo positivo, cuando te des cuenta que estas pensando negativamente acerca de ella, echa estos pensamientos sobre Cristo y llena tu mente con pensamientos que reflejen lo bueno, lo negativo échalo sobre Cristo, el lo carga y tu quedaras libre para llenar tu mente con todo lo positivo, Cristo conoce aquello que nos proporciona salud mental (1Pe. 5.7). 

Te invito a que Oremos. Padre en este momento en el nombre de Jesucristo tu hijo amado me rindo ante ti, y reconozco con mis fuerzas he querido solucionar todos mis problemas y la verdad no he tenido resultado solo decepciones y mis problemas son cada días mayores, pero el día de hoy quiero que me perdones todos mis pecados reconozco que te he fallado en (especificar aun sean muy difíciles y privadas e intimas) pero en este momento me acepto el sacrificio que hiciste en la cruz del calvario y se que en este momento me das una nueva oportunidad de seguir, ahora renuevo mis votos delante de ti y acepto tu perdón y justicia y todo lo que me agobia lo dejo en tus manos como dice tu palabra hecho sobre ti mi carga y acepto tu redención, en este momento te declaro como mi Señor y salvador sobre todas las cosas mi ayudador, y en este momento invito a tu espíritu santo que me fortalezca y me guíe por el camino adecuado porque se que el es el mejor guiador y confieso con mi boca que ya no estoy solo porque se que a partir de hoy tu serás mi amigo y ayudador, gracias señor. Y ahora me declaro libre por tu sangre y por el sacrificio que hiciste por mi en la cruz, gracias soy libre y se que hoy tengo la victoria. Amen.

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EL CAMPO DE BATALLA DE LA MENTE


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No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. (Rom 12:2)

1. Introducción

Como seres humanos, creados a la imagen de Dios, somos espíritu, alma y cuerpo. Cuando entramos con el Espíritu Santo a ver nuestro ser, nos damos cuenta que en el alma existen tres importantes áreas: La voluntad, las emociones y la mente. En este escrito veremos en forma general como opera nuestra mente y cuales son las principales formas en las que Satanás toma ventaja. Junto con esto veremos como hacer frente en nuestra mente para comprobar las bendiciones de Dios.

¿Qué es la mente?

La mente es nuestro órgano para pensar. En nuestra mente está el intelecto, la razón, la sabiduría. La mente ocupa un lugar muy grande en nuestra vida, porque el pensamiento influye muy fuerte en nuestra acción diaria

La mente es el campo de batalla, donde Satanás y sus espíritus malignos luchan contra la verdad. Para entenderlo de una mejor forma, vamos a imaginarnos una ciudad fortificada el medio evo. Vamos a imaginar una ciudad amurallada; en este caso, la ciudad estará representada por la voluntad y el espíritu. Inmediatamente después de estas murallas hay un extenso campo, donde se desarrolla la batalla. Este campo abierto de batalla es la mente.

"Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2Co 10:3-5)

El apóstol Pablo entendía que la batalla del cristiano se desarrolla en la mente. Es el lugar donde Satanás alineará todas sus fuerzas para destruirnos. Es el campo de batalla. De acuerdo a la lectura de este versículo podemos ver que

- Armas de nuestra milicia: Estamos en una batalla y hay un campo de batalla
- Llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia: Se nos muestra como se pelea
- Destrucción de fortalezas y argumentos: Se nos muestra el objetivo

Posteriormente vamos a explicar como se pelea la guerra espiritual.

El Espíritu Santo también nos explica a través del apóstol Pablo que la lucha pertenece exclusivamente a la mente del hombre. La guerra se ejemplifica de la siguiente forma:

- Argumentos o razonamientos del hombre se asemejan a las fortalezas de un enemigo
- Describe mente como un poder del enemigo que tenemos que capturar
- Pensamientos rebeldes reciben protección en fortalezas, y es necesario cautivarlos a la obediencia. Los cautivos se llevan en la guerra. Son lo que conocemos como los prisioneros de guerra.

Podemos encontrar dos estados diferentes en nuestra mente, divididos por los momentos antes de ser regenerados (el momento donde nuestro corazón es cambiado, y viene el Espíritu Santo a nuestras vidas) y el momento posterior a nuestra regeneración.

II. Mente Antes de la Regeneración

"en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios"
(2 Cor 4:4)

Antes de recibir a Cristo, Satanás tenía todo el control de nuestro ser. Nuestro espíritu estaba muerto, y nuestra alma y cuerpo estaban cautivos. Por ende, nuestra mente también estaba en posesión de Satanás. Satanás tenía cegado nuestro entendimiento. Satanás, con el pecado como herramienta, ciega nuestros sentidos espirituales, y nos hace vivir solamente con nuestros sentidos físicos, esclavizados, donde pensamos que conocemos la verdad, porque nuestro mundo tiene lógica, pero no nos damos cuenta, que no podemos ver la realidad espiritual. Al tener el entendimiento entenebrecido, la luz de Cristo no puede iluminar su vida.

Cuando Satanás tiene control de la mente del hombre, esta se vuelve endurecida, sigue los deseos del cuerpo o carne, y es enemigo de Dios en la mente, porque la mentalidad de carne es enemistad con Dios.

"Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado"
(2 Cor 3:14)
"ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo" (Rom 8:7 LBLA)

La mente es el lugar donde más Satanás ataca nuestras vidas, ya que puede atacar nuestras vidas sin necesariamente habernos persuadido previamente.

Cuando el apóstol Pablo compara las mentes de los hombres con las fortalezas del enemigo, nos muestra que existe una relación muy estrecha entre el y la mente del hombre, ya que ocupa esta última como fortaleza. La mente del hombre es donde Satanás se refugia en estos días, y como es su fortaleza, desde aquí ejerce su autoridad en el mundo.

El primer pecado del hombre, el cual le llevó a la destrucción fue buscar el conocimiento del bien y del mal fuera de Dios. Desde ese momento la mente comenzó a ser esclava de Satanás. El punto de comunicación entre Dios y Satanás está en la mente del hombre.

Por ejemplo, antes de pecar somos tentados. Esta tentación viene en forma de pensamientos, y tenemos la necesidad de guardarnos de ellos.

Para el hombre que no ha sido regenerado en su espíritu, le es imposible alcanzar a Dios, ya que su intelecto nublado le obstaculiza para alcanzarle.

La única forma de que está oscuridad en la mente desaparezca es volviéndonos a Dios con todo nuestro corazón. Cuando nos arrepentimos Dios destruye todos los argumentos que hay en nuestra vida. El arrepentimiento sucede cuando nos damos cuenta como le hemos fallado a Dios, cuando nos damos cuenta que nosotros mismos le crucificamos y que le hemos ofendido al querer llevar nuestras vidas en forma independiente a El. Pero cuando nos volvemos a El, El abre los ojos de nuestro entendimiento y podemos ver nuestra situación espiritual. Vemos que existe un mundo espiritual y podemos conocer a Dios, y conocer como estamos

En estricto sentido arrepentimiento significa un cambio en la mente. Debe existir u cambio de mentalidad ya que estábamos en enemistad con Dios en la mente. Por esto Dios debe alterarla para que le conozcamos. Para conocer a Dios debemos comenzar el proceso de renovar nuestra mente y recibir un nuevo corazón.

III. Mente después de la Regeneración

Luego del arrepentimiento en nuestras vidas, sin embargo, nuestras mentes no quedan libres del contacto con Satanás. Miremos lo que Pablo les dice a los corintios;

"Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo" (2Co 11:3)

Esta carta y en específico este versículo, Pablo no se los habla a gente que no tiene a Cristo en su corazón. Más bien es escrita a cristianos. Aquí nos damos cuenta que así como el enemigo engaña a los no creyentes, de la misma forma engaña a los creyentes. Aunque ellos son salvos, la vida del pensamiento no ha sido renovada, por lo que la mente se transforma en el campo de batalla. En la vida del cristiano las mayores luchas se producen en la mente, porque Satanás envía toda su artillería en ese lugar más que en cualquier otro órgano.

Satanás no asaltó primero el corazón de Eva sino su mente. De la misma forma los demonios buscan atacar primeramente nuestra mente, ya que es el punto más débil porque antes era su fortaleza donde operaba. Recordemos que en el inicio el corazón de Eva era sin pecado, en su estado original. Pero de igual forma aceptó los pensamientos sugeridos por Satanás y perdió su autoridad. A menos que sepamos rechazar los espíritus malignos seguiremos siendo tentados, para finalmente, volver a perder la soberanía de nuestra voluntad.

Es posible que tu tengas una nueva vida (con Cristo en tu corazón), pero sin tener una nueva mente. Muchos tienen un corazón nuevo pero una mente vieja. Muchos tienen un corazón lleno de amor y fidelidad pero una mente sin percepción espiritual. A veces los hijos de Dios más fieles son los más estrechos y llenos de prejuicios. Rechazan la verdad porque no concuerdan con sus estructuras preconcebidas. Otros aunque han recibido a Jesús en su corazón no pueden retener ni practicar la palabra. Incluso cuando uno mantiene una relación íntima con Dios, es posible que sin darte cuenta hayas aceptado sugerencias de Satanás en tu mente, lo que causa errores de conducta y puntos de vista. Puedes ser muy bien intencionado pero sin pensamiento espirituales. Por lo tanto, como cristianos debemos buscar tanto el corazón como la mente renovada. Dios quiere que la mente sea renovada, así como lo es nuestro espíritu. Dios quiere la excelencia en nuestra vida y glorificarse tanto en nuestro corazón como la mente. ¿Cuántos cristianos hay obstinados, estrechos y fanáticos? Al no tener renovada la mente se quedan cortos en lo que Dios quiere hacer con ellos. No pueden entender que ciertas bendiciones provienen de Dios. Entonces, para vivir una vida plena debemos renovar nuestra mente.

IV. Mente bajo ataque

Muchas veces la mente está llena de imaginaciones vanas, pensamientos impuros, vagabundeos o ideas confusas o incontrolables. Te falla la memoria de una forma anormal, viene obsesión, prejuicios contra otras personas y desorden. Físicamente eres saludable, pero no entiendes los síntomas.

Hoy debes preguntarte ¿Quién controla mi mente? ¿Es Dios quien la dirige? Si tu como Hijo de Dios notas que no eres capaz de gobernar tu mente, debes preocuparte al instante y averiguar si es el enemigo quien la usa. Tu puedes decir ¿Cómo me doy cuenta que el enemigo tiene mi mente? Por ejemplo, cuando escuchas la palabra no puedes concentrarte. Tu mente va de un lado a otro. Viene pensamiento tras pensamiento. Y finalmente no puedes oír la palabra. Quieres solamente que termine todo lo que tiene relación con Dios.

Dios hizo al hombre con una voluntad libre. La intención de Dios es el autocontrol del ser humano. En el diseño de Dios está la idea de que la mente este sometida a la voluntad. Pero hoy tu tienes que darte cuenta ¿Soy yo el que pienso? Si tu no puedes detener tu pensamiento, o no puedes concentrarte al momento de estar en asuntos de Dios, es otra persona la que está ocupando tu mente para pensar. Son espíritus inmundos, que están ocupando la capacidad de tu mente.
A veces la mente del hombre es como una máquina de pensar. Vienen pensamientos como oleadas, donde no los puedes detener.

Es necesario que entiendas que Dios jamás interfiere con la operación de la capacidad natural del hombre. El jamás trabajará sin mi ayuda.

Satanás actúa poniendo secretamente en la mente pensamientos que aceptas de buena gana o bloquea pensamientos que no le gustan.

"Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase," (Joh 13:2)

"Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven" (Luc 8:12)

Satanás es un experto en quitar la palabra a través de los demonios, que están representados en la parábola del sembrador como pájaros.

V. Causas de Ataque

Satanás nos ataca porque le damos la oportunidad para que nos ataque. Recuerde que los demonios quieren sustituir tus pensamientos por los suyos. Esto sucede cuando el hombre le entrega la mente a los espíritus.

Factor Crucial: Recordemos que estamos en una guerra. ¿Quién gana o pierde la guerra? La guerra la perdemos cuando comenzamos a darles terreno a los demonios. La cantidad de la actividad de Satanás depende del espacio que le damos. Existen seis formas donde cedemos el espacio:

a. Mente no renovada: La carne le proporciona la base a Satanás para actuar. Si la mente no es renovada después de haber aceptado a Cristo en el corazón, exponemos mucho territorio. Los rincones oscuros en nuestra mente son los centros de operación de Satanás. El cubre sus hechos diciéndote que es tu carácter, temperamento y de esta forma quiere mantenerte en ignorancia.
b. Mente impropia: Cuando acaricias los pecados le das la oportunidad entregándole la mente a espíritus satánicos, a través de ideas impuras, orgullo, formas de ser ásperas e injustas. Cada vez que lo permites es más difícil resistir al ataque de Satanás para la próxima vez. Satanás influye introduciendo ideas en tu mente. Si las aceptas adquieren raíces en la mente. Cualquier teoría, supuestos, palabras, líneas leídas, puede provocarle terreno a Satanás.
c. Entender mal la verdad de Dios: Hay muchos cristianos que no entienden lo de morir con Cristo, no entienden que es la regeneración espiritual, o la llenura del Espíritu Santo.
d. Aceptación de las sugerencias de Satanás: Satanás planta ideas frente al futuro. Son como ideas en forma de profecías para ver si las aceptas o las rechazas. Cuando no las rechazas, son base para operar en tu vida.
e. Mente vacía: La mente Dios la creo para usarla. Sin embargo, hay muchos cristianos que dejan su mente en blanco. Sin embargo, debemos ejercitar la mente. La mente en la función normal es apta para discernir la revelación sobrenatural donde no podemos ver con nuestros sentidos espirituales.
f. Mente pasiva: Esta es una de las principales debilidades de los cristianos. Están con su mente en inactividad, Van por la vida sin pensar en algo determinado. Dejan la mente a lo que venga. Piensan en los pensamientos que venga. Esperan que otros seres la pongan en actividad. Por esto, pierden la sensibilidad. A veces tienen miedo a pensar y aceptan los pensamientos de Satanás. Esto trae una inercia en el discernimiento espiritual

Es importante que entendamos que Dios quiere que ocupemos nuestra mente. Hay muchos que esperan que Dios les ponga algo. Pero tu debes poner en acción tu mente. El no borra nuestra mente, sino que la renueva para que le conozcamos u obedezcamos. Dios quiere que entendamos su voluntad y le obedezcamos. Si yo no usó mi mente, hay seres que están esperando para ocuparla.

VI. Ganando la Batalla de la mente

Lo primero que debemos entender es que tener la liberación de nuestra mente es una necesidad vital. Proverbios 23:7 nos señala que el hombre es lo que piensa, por esto lo que pensamos se transforma en lo que nosotros somos.
La batalla en la mente no es algo imposible, pero si es necesario entender que es algo difícil que no se gana en un solo día, sino en muchas jornadas de trabajo junto al Espíritu Santo. Tu debes seguir adelante y continuar luchando, sin detenerte. La renovación de la mente tendrá lugar poco a poco, así que no te sientas mal si ves que vas muy lento y progresiva

Una primera arma que podemos utilizar es la Palabra de Dios. En la palabra aparecen los pensamientos de Dios. Ahí está la verdad, absoluta de Dios para nosotros. Jesús dijo que si permanecíamos en su Palabra, seríamos verdaderamente sus discípulos, y la verdad nos haría libres.

Muchas veces vienen pensamientos de incredulidad. Pero como cristianos debemos decidir a creer. Con frecuencia Dios nos da fe para cosas que nuestras mentes no siempre parecen capaces de asimilar. La mente desea comprenderlo todo; el porque el cuando y el como de todo. La mente se resiste a creer lo que no se puede entender. Con frecuencia sucede que un creyente sabe algo en su corazón, pero su mente lucha contra eso.
Debemos levantar un escudo de la fe, y pedir a Dios sabiduría en las pruebas y el nos mostrará lo que necesitamos.

Conclusión

Debemos pedir a Dios el entendimiento, y que venga la luz a nuestra mente para que podamos descubrir cuales son las fortalezas que ha levantado en nuestra mente. Una vez de descubiertas debemos llevar todo pensamiento cautivo, y filtrar cada pensamiento de acuerdo a la Palabra de Dios.