COSAS QUE PUEDO APRENDER DEL ARCA DE NOE...


Todo lo que necesito saber lo aprendì del Arca de Noè.

UNO: No pierdas el barco

DOS: Recuerda que todos estamos en el mismo barco.

TRES: Planea con tiempo. No estaba lloviendo cuando Noè construyò el arca.

CUATRO: Mantente en forma. Cuando tengas 60 años, alguien podrìa pedirte hacer algo realmente grande.

CINCO: No hagas caso a las crìticas; solo has el trabajo que Dios ha dicho que hagas.

SEIS: Finca tu futuro en tierra alta.

SIETE: Por seguridad, viaja en pareja

OCHO: La velocidad no siempre es ventajosa. Los caracoles estaban a bordo junto con los chitas.

NUEVE: Cuando te encuentres estresado, flota por un rato.

DIEZ: Recuerda, el arca fue construida por principiantes que le creyeron a Dios , el Titanic por profesionales que confiaron en ellos mismos.

ONCE: No importa la fuerza de la tormenta, cuando estas con Dios, siempre hay un arco iris esperàndote.

EL AYUNO



El ayuno necesita que al tiempo de hacerlo, lo acompañemos con la oración y que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. Ayunar para que la gente que nos rodea tenga la impresión de que somos "santos" o para que tengan una impresión diferente a la que tiene, invalidaría inmediatamente lo que intentamos hacer al hacer el ayuno. De hecho, hacerlo por las motivaciones erróneas, no sólo invalida el ayuno, sino que podríamos incurrir en pecado - orgullo.

Cuando ayunamos no podemos pretender que por hacerlo podemos torcer la mano a Dios y forzarlo a hacer lo que queremos. A veces el plan de Dios no es el que plan por el que ayunamos y es por esta razón que es vital que tengamos nuestro espíritu con la aptitud correcta para escuchar del Espíritu de Dios y que estemos dispuestos a humillarnos y recibir la dirección de Dios, sea cual sea.


El ayuno necesita que al tiempo de hacerlo, lo acompañemos con la oración y que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo. Ayunar para que la gente que nos rodea tenga la impresión de que somos "santos" o para que tengan una impresión diferente a la que tiene, invalidaría inmediatamente lo que intentamos hacer al hacer el ayuno. De hecho, hacerlo por las motivaciones erróneas, no sólo invalida el ayuno, sino que podríamos incurrir en pecado - orgullo.

Como dijimos en la introducción, ayunar por motivaciones inapropiadas podría hacer que causemos un mal en vez de un bien. La Biblia nos dice que en qué consiste el ayuno falso. Veamos:

Los israelitas hicieron del ayuno un ritual y muchas veces llegaban al extremo de anunciar públicamente que estaban ayunando o que se disponían a hacerlo. ¡Este tipo de ayuno público no impresiona a Dios!

En una ocasión Dios usó a su profeta Isaías y les anunció que Él no notaba sus ayunos porque ellos lo hacían para vanagloriarse a sí mismos y no por las motivaciones correctas.

El verdadero ayuno


"«¡Clama a voz en cuello, no te detengas,
alza tu voz como una trompeta!
¡Anuncia a mi pueblo su rebelión
y a la casa de Jacob su pecado!
Ellos me buscan cada día
y quieren saber mis caminos,
como gente que hubiera hecho justicia
y que no hubiera dejado el derecho de su Dios.
Me piden justos juicios
y quieren acercarse a Dios. Dicen:
"¿Por qué ayunamos y no hiciste caso,
humillamos nuestras almas y no te diste por entendido?"
He aquí que en el día de vuestro ayuno
buscáis vuestro propio interés y oprimís a todos vuestros trabajadores.
He aquí que para contiendas y debates ayunáis,
y para herir con el puño inicuamente;
no ayunéis como lo hacéis hoy,
para que vuestra voz sea oída en lo alto.
¿Es este el ayuno que yo escogí:
que de día aflija el hombre su alma,
que incline su cabeza como un junco
y haga cama de telas ásperas y de ceniza?
¿Llamaréis a esto ayuno y día agradable a Jehová?
El ayuno que yo escogí,
¿no es más bien desatar las ligaduras de impiedad,
soltar las cargas de opresión,
dejar ir libres a los quebrantados
y romper todo yugo?" Isaías 58:1-6
En el texto bíblico podemos ver que los israelíes ayunaban pero continuaban sus injusticias y Dios les pregunta para qué sirve ayunar si se continúa viviendo una vida de peleas, trifulcas y abuso. ¡Este tipo de ayuno nunca agradaría a Dios!

El tipo de ayuno que agrada a Dios

Dios nos dice en lo que consiste el ayuno verdadero, el que agrada a Dios: ayunar y compartir con los pobres y con los hambrientos. No oprimir al desvalido y comenzar a tratar al pobre con equidad, dándoles lo que se ganan. Compartir nuestras bendiciones con los demás. Dejar de pelearnos entre sí, etc.

El tipo de ayuno que sí agrada a Dios Cuando ayunemos debemos hacerlo ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE parar buscar la presencia de Dios. Si lo hacemos para que la gente nos vea, ese ayuno será inaceptable ante Dios. Debemos ayunar para alimentar, durante el período de ayuno, más a nuestro espíritu que a nuestra carne. Como la tendencia natural que la carne empuje más que el espíritu, debemos alimentar al espíritu para que siempre termine haciendo lo que el Espíritu de Dios desea en nuestras vidas y así no sucederá como alguna vez sucedió con Pablo:


"Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne, porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais". Gálatas 5:16-17

Tipos de ayunos



El ayuno absoluto. Este ayuno consiste en la abstención total de alimento alguno, incluyendo líquidos, como el agua. Este tipo de ayuno es peligroso si se hace por demasiados días y si no se hace guiado por el Espíritu.

El ayuno normal. Este es el que hacemos cuando nos inhibimos de ingerir alimentos por un período de tiempo limitado, entre 1 día de 24 horas hasta 7 días. En este ayuno se ingiere líquidos.

Ayuno parcial. Este tipo de ayuno consiste en una dieta limitada. A veces nuestra carne es débil con la Coca-Cola, con el Chocolate, con los vegetales, etc. Pues en este ayuno nos inhibimos de ingerir estos alimentos por un tiempo. ¡No crean que es tan fácil como parece! ¿No comer chocolate? ¡Para algunos es casi mortal! Otra forma de hacer este ayuno parcial es no comiendo una de nuestras comidas por un período definido. Por ejemplo, no comiendo el desayuno, o el almuerzo, por 15 días.

Finalmente tenemos el ayuno que consiste en no ingerir alimento alguno por una o dos noches, mientras oramos toda la noche, sin cesar. Esta oración podría ser en intercesión, u otro tipo de oración.


Cuando ayunamos podemos continuar con nuestras tareas diarias regulares sin mostrar que estamos afligidos por la falta de alimento. Durante estos días de ayuno y de continuar con nuestras tareas regulares, debemos interrumpirlas para orar, aunque sea por breves lapsos. La idea es no hacer que nuestro sacrificio sea notado, sino que sea algo privado entre nosotros y Dios.

Debemos ayunar en secreto, y el deseo debería ser buscar de Dios, buscar su dirección en nuestras vidas, ayudar a nuestro espíritu a dominar sobre nuestra carne y a estar en la presencia del Santo de Israel lo más santificados posible.


»Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público." Mateo 6:16

¿Por qué ayunar?

Buscar la presencia de Dios y su voluntad en nuestras vidas. Ya hemos hablado repetidas veces sobre este motivo. Cuando tenemos una decisión importante que debemos tomar en nuestras vidas, el ayuno resulta esencial, ya que el Espíritu de Dios se comunica con nuestro espíritu salvo. Mientras más fuerte es nuestro espíritu sobre nuestra carne, más clara y efectiva será esta comunicación.
Los líderes de las iglesias deberíamos ayunar cuando debemos tomar una acción disciplinaria contra un hermano o hermana en el Cuerpo de Cristo. Un ejemplo lo vemos cuando Josué tuvo que identificar a la persona que fue el culpable de que los israelitas sufrieran una derrota en Ai, aún cuando Dios les aseguró la victoria. Ver el pecado de Acán en Josué 7:1.
Podemos ayunar como intercesión por nuestra nación, nuestras ciudades, nuestras iglesias, o nuestros amados. Ester y Daniel, por ejemplo, lo hicieron y los resultados fueron magníficos.
Podemos ayunar por los hermanos y hermanas que están siendo perseguidos en todo el mundo por su creencia en Cristo. El ayuno, la predicación del evangelio y la ayuda monetaria y en forma de otros recursos son vitales para que se predique la Palabra en toda nación.
Ayunamos cuando existe una guerra espiritual que debemos lucha, ya sea contra una tendencia pecaminosa o contra un espíritu inmundo o satánico. Un ejemplo lo vemos cuando el chico poseído no fue librado y Jesús informó a sus discípulos sobre la necesidad de orar y ayunar para poder contender con estas fuerzas espirituales.
Existen otras razones más específicas y detalladas por las que podríamos justificar un período de ayuno, pero lo importarte es que, sea por el motivo que sea, siempre lo hagamos para que la voluntad de Dios sea la que se imponga en cualquier situación, no la nuestra. Con denuedo insto a nuestros lectores a orar y a ayunar, en la privacidad de sus hogares, en medio de nuestras ocupadas vidas, en lo secreto de nuestras habitaciones, etc. Insto a nuestros amados lectores a buscar la voluntad de Dios en sus vidas, porque si así lo hacemos, viviremos la vida de victoria que Dios tiene planificada para nosotros.



La abstinencia de comida por motivos religiosos era requisito de la Ley únicamente en el día de Expiación (Lev 16.29, 31; 23.27–32). Cada persona tenía la libertad de optar por esta práctica (2 S 12.16, 21–23). Al regreso del exilio se establecieron cuatro ayunos para recordar los días de la cautividad (Zac 7.1–7; 8.19). Más tarde, el ayuno se incluyó en la fiesta de Purim (Est 4.1–3, 15–17). Jesús aprobó el ayuno, pero hizo serias advertencias sobre su mala práctica (Mt 6.16–18; 9.14–17).

· El ayuno es para el hombre aflicción del alma
· El ayuno ante Dios es para Santificación.

El ayuno Tenia dos Propósitos ? · El primer propósito del ayuno en el antiguo testamento era para humillarse ante Dios Pidiéndole ayuda y perdón cuando cometían pecado y falta delante de el y así evitar
el juicio y la ira de Dios cuando su paciencia llegaba al limite y cuando el pecado era para muerte. No importaba el pecado cual grande fuera, Dios lo perdonaba cuando se humillaban y se arrepentían de corazón, el ayuno lo acompañaban rasgando sus vestidos enseñando su cuerpo, rapándose la cabeza, postrados en tierra y echándose cenizas y polvo sobre su cuerpo. (Aclaración importante; cuando Dios perdonaba, simplemente les perdonaba la vida pero las consecuencias del pecado ellos mismos las pagaban los ejemplos los vemos en toda la Biblia)

· El segundo propósito era el que el hombre hacia cuando enterraban a un familiar, pariente, o amigo, que ellos amaran, como una muestra de dolor, tristeza, y respeto por aquel ser que se iba. (Lo contrario a lo de hoy que en vez de ayunar sirven alimento)

Ejemplos de la Biblia:
(1 Samuel 31:11) 11Cuando los de Jabes de Galaad se enteraron de lo que habían hecho los filisteos con Saúl, 12todos los hombres valientes se levantaron y, caminando toda aquella noche, quitaron el cuerpo de Saúl y los cuerpos de sus hijos del muro de Bet-sán, y llevándolos a Jabes los quemaron allí. 13Tomaron sus huesos, los sepultaron debajo de un árbol en Jabes y ayunaron siete días.

(2 Samuel 1:11) 11Entonces David, tirando de sus vestidos, los rasgó, y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él. 12Lloraron, se lamentaron y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por su hijo Jonatán,

(2 Samuel 12;15) Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. 16Entonces David rogó a Dios por el niño; ayunó David, se retiró y se pasó la noche acostado en tierra. 17Los ancianos de su casa fueron a rogarle que se levantara del suelo, pero él no quiso, ni comió nada con ellos.

(2 Cronicas 20:3) 3Josafat tuvo miedo y humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá. 4Se congregaron los de Judá para pedir socorro a Jehová;

(Esther 4:1) 1Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de ropa áspera, se cubrió de ceniza, y se fue por la ciudad lanzando grandes gemidos, 2hasta llegar ante la puerta real, pues no era lícito atravesar la puerta real con vestido de ropa áspera. 3En toda provincia y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba, había entre los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación. Saco y ceniza era la cama de muchos.

(Salmo 35:13) 13Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí con ropas ásperas; afligí con ayuno mi alma y mi oración se volvía a mi seno.

(Salmo 69:10) 10Lloré, afligiendo con ayuno mi alma, y esto me ha sido por afrenta.11Me vestí, además, con ropas ásperas y vine a serles por proverbio.

(Joel 1:14) 14Proclamad ayuno, convocad asamblea, congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehová, vuestro Dios, y clamad a Jehová.

(Joel 2:12) 12»Ahora, pues, dice Jehová, convertíos ahora a mí con todo vuestro corazón, con ayuno, llanto y lamento.

(Joel 2:15) 15¡Tocad trompeta en Sión, proclamad ayuno, convocad asamblea.

(Jonas 3:15) 5Los hombres de Nínive creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el más pequeño, se vistieron con ropas ásperas. 6Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su silla, se despojó de su vestido, se cubrió con ropas ásperas y se sentó sobre ceniza.

El Propósito del ayuno en el nuevo Testamento

· El ayuno en el nuevo testamento Cristo lo instituyo como una necesidad para la preparación y fortaleza espiritual del Cristiano, (Marcos 2:19)
· Pero para los escribas y fariseos de ese tiempo era simplemente un acto de aparente santidad ante los hombre y no ante Dios. (Mateo 6:16)
· Antes de que Jesús lo instituyera a los Discípulos los seguidores de Juan el Bautista ya lo Practicaban. (Marcos 2:18)

(Marcos 2:18) 18Los discípulos de Juan y los de los fariseos estaban ayunando. Entonces fueron y le preguntaron:

—¿Por qué los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunan,

(Mateo 6:16)16»Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 17Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, 18para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público.

(Marcos 2:19) Acaso pueden ayunar los que están de bodas mientras está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al esposo, no pueden ayunar. 20Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces, en aquellos días, ayunarán.

(Hechos 14:22) 22confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que permanecieran en la fe y diciéndoles: «Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios». 23Constituyeron ancianos en cada iglesia y, después de orar y de ayunar, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

el propósito del ayuno es el de afligir el alma ante Dios humillándonos y dándole lugar para que nos prepare nos santifique nos use con su poder. Pero debe de ir acompañando de oración y de lectura de su palabra. Ya que es el proceso de comunión con Dios.
El ejemplo claro lo dio Jesús al irse al desierto para ayunar por 40 días y 40 noches.

(Lucas 4:1) 1Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto 2por cuarenta días, y era tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días, pasados los cuales tuvo hambre.

(Mateo 4:1) 1Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. 2Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, sintió hambre. 3Se le acercó el tentador y le dijo:

—Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

(Marcos 1:12) 12Luego el Espíritu lo impulsó al desierto. 13Y estuvo allí en el desierto cuarenta días. Era tentado por Satanás, y estaba con las fieras, y los ángeles lo servían.

· El ayuno debe ser reverente, con una vida piadosa delante de Dios. Con esto no se quiere decir que el hombre tiene que ser perfecto, pero antes de ofrecer ayuno a Dios debemos estar conscientes de que primero estemos a cuentas con nuestro hermano o nuestro prójimo y estemos libres de rencillas, pleitos, amargura, ira, enojo, que anide en nuestro corazón. Con esto me refiero a que no guardemos enojo, celos, rencor, venganza, en el corazón.
(Por que los pleitos, los enojos y los desacuerdos, el enemigo siempre los pone por delante de nosotros para caída y aflicción de espíritu pero no les debemos dar cabida para que aniden.) (Efesios 4:26) 26Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27ni deis lugar al diablo.

DIOS PIENSA EN TI, PERO NO POR TI....


Aprende a pensar. Has tuyos los pensamientos del Señor para que se multiplique en tu vida y se hagan realidad.
Dios piensa en ti pero no por ti
Efesios 3:20 nos confirma: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.
Dios es poderoso y constantemente vemos muestras de ello. Por fe comprendemos que hizo el universo con Su palabra, por eso sabemos que las palabras tiene poder porque vienen de nuestros pensamientos. Son capaces de crear o destruir, de sanar o enfermar, propiciar la paz o la guerra y darnos amigos o enemigos.

El escritor de este pasaje no exagera cuando dice que Dios puede hacer “mucho más abundantemente”, así como no es exageración hablar de Su inmenso amor que lo movió a entregar a Su Hijo por nosotros, y tampoco se exagera sobre Su misericordia que es nueva cada mañana, o Su perdón que toma nuestros pecados y los envía al fondo del mar para no recordarlos más. Entonces, debemos convencernos de que no hay palabras para describir Su poder que es capaz de hacer mucho más de lo que entendemos y pensamos. Por eso es importante que pensemos.

Nuestros pensamientos son el punto de partida de la obra del Señor. No puede hacer “más” sino tiene con qué. Primero debes darle la materia prima para que haya punto de comparación. Si piensas que Dios puede sanarte, seguramente te dará salud en abundancia. Si piensas que Dios te bendecirá y te levantará, ten por seguro que Él tomará ese pensamiento y lo hará palpable de forma sorprendente. Piensa bien porque Su obra se basa en ello. Nunca he visto a Dios bendecir a alguien que piensa mal de sí mismo. Quienes dicen “soy un inútil” no le dan al Señor material para hacer algo útil en sus vidas. Por el contrario, aquellos que no se disfrazan de falsa modestia y dicen: “Dios está conmigo”, son levantados. David no dijo: “soy rubio de hermoso parecer y hermosos ojos, por eso no podré vencer a ese gigante que nos amenaza”, al contrario, creía en Dios y en él, por eso le explicó a Saúl cómo peleaba contra leones y osos por defender las ovejas de su padre. Dios le da la victoria a quienes confían en Sus promesas y en las capacidades que les ha dado para salir adelante.

Sus pensamientos debes ser los tuyos
Salmo 139: 17 dice sobre los pensamientos de Dios: ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo.
Los pensamientos que Dios tiene sobre nosotros son preciosos y se multiplican. El salmista hizo suyos los pensamientos de Dios, nota que dijo: cuán preciosos “me” son tus pensamientos. Es decir que debemos apropiarnos de los maravillosos pensamientos del Señor y pensar como Él. El profeta dijo: “tus pensamientos no son mis pensamientos, tus caminos no son los míos”, eso significa que debemos hacer nuestros los pensamientos del Señor para poder caminar en bendición. Dios piensa bien de ti, toma esos pensamientos y hazlos tuyos.

Debes ser capaz de enumerar esos buenos pensamientos que tiene sobre ti porque solamente así podrán multiplicarse. Escríbelos, léelos en las Escrituras, proclámalos y medítalos para que Él los tome y multiplique. Si crees que tiene una promesa para ti, las convertirá en tres; si piensas que son tres, las convertirá en nueve; si estás convencido de que son nueve promesas, Él te sorprenderá con ochenta y una. Todo lo bueno se incrementa cuando nos apropiamos de Sus pensamientos de bien para nosotros. El día que le entregué mi vida, sabía muchas cosas de mí y también sabía algunas sobre Él, pero ignoraba todo lo bello que Él pensaba de mí. Lo que cambió mi vida y cambiará la tuya es conocer y aceptar lo que piensa de nosotros, cuánto anhela bendecirnos y hasta dónde puede llevarnos. No basta saber de Dios y de ti mismo, es imprescindible que sepas y hagas tuyos los pensamientos de bien que el Señor tiene sobre ti.


Piensa en lo bueno
Filipenses 4:8 nos aconseja lo que debemos pensar: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
El consejo es claro, no llenes tu cabeza de pensamientos de fracaso y pecado. Sé positivo y piensa en todo lo bueno. Evalúa tu pensamiento. Lee estas palabras y clasifícalas según sean “de buen nombre” o “de mal nombre”: suicidio, enfermedad, divorcio, hijos en drogas, robo, corrupción, injusticia, chismes, pobreza, inmoralidad sexual. Ahora lee éstas: hogar, esposa, amor, paz, sana economía, justicia, salud, trabajo, servicio. Definitivamente las primeras nueve son de mal nombre y no debes pensar en ellas para no atraerlas a tu vida. Por eso, ten cuidado con quien conversas porque dice la Palabra que las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Evita a las personas que no pueden ayudarte a llenar tu mente con pensamientos positivos, todo lo que hablas y escuchas influye en tu forma de pensar y actuar.
La perfecta voluntad de Dios
Romanos 12: 2-3 aconseja: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, créelo, no es exageración, pero de tus pensamientos depende que la experimentes. Nunca dudes de ello. Cuando te sientes derrotado y preguntas: ¿Por qué Dios permite esto, por qué me pasa a mí?, no estás pensando como deberías y le demuestras al Señor que dudas de Él. En la iglesia podemos interceder por ti, llorar, orar y aconsejarte, pero nadie, ni Dios, puede pensar por ti. Esa es tu tarea y mientras no pienses como Él, no leas las Escrituras y te convenzas de Sus promesas, no podrás pensar y hacer tuya Su voluntad de bien. Acércate al Señor y busca Su consejo, los libros de Eclesiastés y Proverbios son muy prácticos y te enseñan sobre el pensamiento de Dios en cada situación. No hay mejores recomendaciones que las de tu Padre Celestial.

Llena tu mente y corazón de fe, no de duda, temor o cuestionamiento. Todos tenemos una medida de fe diferente y podemos incrementarla. Demuestra tu fe y piensa bien de ti porque la gente que piensa mal de otros está proyectando lo que lleva dentro. Persevera en pesar las cosas que Dios te dio para que se multipliquen en tu vida.
Aprender a pensar
Hebreos 4:12 describe la Palabra: Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
La eficacia se relaciona con acciones, sólo una acción puede ser eficaz. Aprende a ser eficaz en lo que piensas, aprende a pensar pues somos lo que pensamos. Somete tus pensamientos a la Palabra del Señor, haz tiempo para pensar si lo que estás pensando es correcto. Piensa sobre tus pensamientos, parece difícil pero no lo es, evalúalos, si lo que tienes es mente es correcto, bueno, puro, noble y digno de alabanza, tómalo y ponlo en práctica, de lo contrario deséchalo y busca renovarte.


La perseverancia que da paz
Isaías 26: 3 reconforta: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

Persevera en Sus pensamientos y no desconfíes nunca de Él. Aunque lo que anhelas no venga en el momento que quieres, no desesperes ni permitas que la desconfianza entre en tu corazón, porque esa duda te robará la paz. Dios sólo puede guardar en completa paz a quienes siempre piensan bien de Él aunque la circunstancia esa adversa. El Señor no puede bendecir al de doblado ánimo que un día piensa una cosa y otro día cambia de parecer.

Hemos aprendido a pensar por reacción y no proactivamente. Nuestra mente no descansa, todo el día pensamos, tenemos ideas, somos bombardeados por lo que vemos y escuchamos. Esa transacción de pensamientos no se detiene, pero debes hacer tiempo para detenerte y aprender a pensar bien. Muchas veces nos arrepentimos de los que decimos y hacemos porque no pensamos bien las cosas y actuamos por reacción. Entonces debemos pedir perdón por los errores que cometemos.

Cambia tu sistema, reflexiona sobre tu forma de pensar y aprende a hacerlo proactivamente, con calma y viendo hacia el futuro. Detente a pensar, aparta un tiempo para estar a solas con Dios y Su palabra, pídele que te enseñe a hacerlo, que te ayude a hacer tuya Su voluntad buena y perfecta, que te muestre Sus promesas y las aceptes antes que las malas noticias. Él puede ayudarte a entender que está a tu lado, que tú y el Él son mayoría y que si se cierra una puerta, Él siempre abrirá otra. Con esos pensamientos, sabrás que ante la crisis, no te despedirán y si lo hacen, tendrás otra puerta abierta ante ti. Pensando así podrás enfrentarte a todo. Si llegas a tu oficina y el gerente te llama porque tiene una noticia que darte sobre el despido de personal, puedes pensar dos cosas, que te despedirán o que serás de los que se quedan. Si la noticia es que te vas, puedes decir que agradeces la oportunidad y pensar que así como se cierra esta puerta, Dios abrirá nuevas.

Cierta vez una persona metió en mi un pensamiento negativo. Entonces le consulté a mi Padre Celestial. Le dije que estaba haciendo lo que me había pedido pero que aún estábamos a tiempo para detenernos. Su respuesta fue que yo decidía qué tipo de vida deseaba. Así que le pedí perdón y renové mis fuerzas.


Nuestros pensamientos nos ponen frente a las bendiciones o al borde del fracaso.

Adórale y dale gracias, entrégale tu corazón y mente, confía en Él porque tus pensamientos en el Señor te harán fuerte. Su fidelidad te llevará más allá de lo que imaginas y Su mirada te llenará de paz. Lleva cautivo todo pensamiento a Su obediencia, piensa bien, piensa como el Señor y haz tuyas Sus promesas.

Frases:

Nunca he visto a Dios bendecir a alguien que piensa mal de sí mismo. Quienes dicen “soy un inútil” no le dan al Señor material para hacer algo útil en sus vidas. Por el contrario, aquellos que no se disfrazan de falsa modestia y dicen: “Dios está conmigo”, son levantados.

Dios le da la victoria a quienes confían en Sus promesas y en las capacidades que les ha dado para salir adelante.

Los pensamientos que Dios tiene sobre nosotros son preciosos y se multiplican. Debemos apropiarnos de ellos y pensar como Él.

No basta saber de Dios y de ti mismo, es imprescindible que sepas y hagas tuyos los pensamientos de bien que el Señor tiene sobre ti.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, créelo, no es exageración. De tus pensamientos depende que la experimentes.

no llenes tu cabeza de pensamientos de fracaso y pecado. Sé positivo y piensa en todo lo bueno.
Evita a las personas que no pueden ayudarte a llenar tu mente con pensamientos positivos porque todo lo que hablas y escuchas influye en tu forma de pensar y actuar.

En la iglesia pueden interceder por ti, llorar, orar y aconsejarte, pero nadie, ni Dios, puede pensar por ti. Esa es tu tarea y mientras no pienses como Él, no leas las Escrituras y te convenzas de Sus promesas, no podrás pensar y hacer tuya Su voluntad de bien.

Llena tu mente y corazón de fe, no de duda, temor o cuestionamiento. Todos tenemos una medida de fe diferente y podemos incrementarla.

Demuestra tu fe y piensa bien de ti. La gente que piensa mal de otros es porque piensa mal de sí mismo y proyecta lo que lleva dentro. Persevera en pesar las cosas que Dios te dio para que se multipliquen en tu vida

Aprende a ser eficaz en lo que piensas, aprende a pensar pues somos lo que pensamos. Somete tus pensamientos a la Palabra del Señor, haz tiempo para pensar si lo que estás pensando es correcto.

Piensa sobre tus pensamientos, parece difícil pero no lo es, evalúalos, si lo que tienes es mente es correcto, bueno, puro, noble y digno de alabanza, tómalo y ponlo en práctica, de lo contrario deséchalo y busca renovarte.

Persevera en Sus pensamientos y no desconfíes nunca de Él. Aunque lo que anhelas no venga en el momento que quieres, no desesperes ni permitas que la desconfianza entre en tu corazón, porque esa duda te robará la paz.

Nuestros pensamientos nos ponen frente a las bendiciones o al borde del fracaso.

Adórale y dale gracias, entrégale tu corazón y mente, confía en Él porque tus pensamientos en el Señor te harán fuerte.