¿QUE ESPERA DIOS DE UNA MUJER?


La mujer de hoy necesita más que una paga igual por un trabajo igual. Necesita reconciliarse con las complejidades de un mundo que está enviando señales variadas acerca de lo que ha de ser una mujer.


Necesita recobrar su dignidad a pesar de la pornografía, la rebeldía de los adolescentes, el divorcio y las desventajas económicas. Una mujer tiene que vencer la fatiga, la desilusión, la ira y la depresión. El problema no ha surgido de la noche a la mañana.

Hace 30 años, el artista de jazz Billy Tipton se dio cuenta de que la sociedad no le iba a dar a una mujer la oportunidad en el campo del jazz. Billy vivió 30 años como hombre. No obstante, cuando murió de repente, el personal médico de emergencias descubrió que era una mujer. Su vida nos recuerda que nuestro mundo sí trata a los hombres y a las mujeres de manera diferente. La vida de Billy nos recuerda, además, que las mujeres a veces creen que es necesario esconder su femineidad para hallar realización en un «mundo masculino».


En el principio, la mujer fue creada para que fuese compañera, para conversar y cogobernar la tierra. Hoy día no es la persona que solía ser.
Tampoco lo es su contraparte masculina. Ambos sufren de distorsiones de género que limitan su capacidad de darse mutuamente el amor y la ayuda que debían darse según el propósito de su creación.
Ambos reflejan caricaturas que traicionan su conflicto interno. Desafortunadamente, no hay una manera segura de equivocarse. Ambos sexos sufren los errores del otro, pero las mujeres parecen sentir de una manera más aguda los síntomas que resultan de la pobreza, la soledad, el aburrimiento, el abuso y la depresión.
En muchos casos, las mujeres ven que el daño se transfiere a sus propios hijos, los cuales dejan el hogar enojados, confundidos y preguntándose si realmente vale la pena vivir la vida que su madre les dio.

DESCARGA ESTE INTERESANTE ESTUDIO, ESPERO QUE SEA DE EDIFICACION A TU VIDA

ABUSO CONYUGAL


Usted no tiene que desperdiciar el dolor de su abuso con más negaciones o tolerancia pasiva de la conducta ilegal e impía de su esposo. Hay ayuda para los que aprenden a responder de una manera cristiana y bíblica cuando la violencia llega al hogar.

¿Cómo se define el abuso conyugal?

El abuso conyugal es el mal uso del poder y el control. Es un intento de coaccionar y controlar al cónyuge a través de medios físicos y no físicos. Entre los ejemplos físicos específicos se pueden citar bofetadas, arañazos, mordidas, patadas, empujones, ahogos, golpes, asalto sexual, puñaladas y disparos.
Ejemplos de intentos no físicos de intimidar y controlar serían un andanada constante de insultos, intención de que la otra persona se sienta culpable, humillaciones, críticas y amenazas.
Los cónyuges abusivos también pueden dominar limitando la conducta y amistades de sus esposas(os), aplicándoles el tratamiento del silencio, imponiendo restricciones económicas estrictas, o rompiendo objetos que para sus cónyuges son muy queridos.

DESCARGUE EL SIGUIENTE ESTUDIO, ESPERO LE SEA DE BENDICION

¿CUANTO TIEMPO TIENE?


Creo que es muy importante y crítico que las personas aprendan, tan pronto como se elevan a la categoría del liderazgo, que son prescindibles. Yo siempre estoy en contacto con mi muerte. Hágase amigo de su deceso. Piense siempre de sí mismo como una flor que se marchita y se vuelve polvo. Usted puede estar hoy aquí y no estar mañana. Piense de esa manera, y trabajará más en las cosas correctas, cosas como invertir en las personas.


¿Ha observado que nadie vive para siempre? Muchos de nosotros probablemente tengamos unos buenos setenta años, si somos bendecidos con buena salud. Si somos muy, muy bendecidos con la gracia, podemos llegar a los setenta y cinco u ochenta años de edad. Después de eso, la mayoría de nosotros somos incapaces de contribuir efectivamente a nuestra generación.

Pocas personas son bendecidas para vivir y ver los cien años o más, pero finalmente morirán. Tenemos que prepararnos para eso. Un verdadero líder siempre está preparando su partida. Cada día que vivo, escribo mi obituario. Cada día, decido lo que la gente dirá sobre mi cadáver. Lo estoy escribiendo yo mismo, y espero que usted escriba el suyo. ¿Qué dirán de usted cuando haya muerto?

El éxito del liderazgo no se mide por lo que usted ha hecho, sino por lo que ha transferido exitosamente a la siguiente generación: la visión, la pasión, los ideales y los sueños que usted no vivirá lo suficiente para finalizar. ¿Puede dárselos a otro? Eso es el éxito de su liderazgo.

Así es como usted lo mide: viviendo para siempre a través de la gente. Usted sabe que va a morir, así que podría hacer que valiera la pena. Haga algo que lo hará vivir más allá del cementerio. No viva solo para usted mismo. El liderazgo consiste en transferir: en la cesión deliberada del poder.

Si somos buenos líderes y buenos padres, queremos dejarles algo de lo que hemos acumulado a los que dejamos atrás. Queramos o no, tenemos que dejar todos nuestros bienes materiales, como nos recuerda Job, el sufriente siervo de Dios del Antiguo Testamento. Job 1:21: “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!”

Podemos prepararnos al escribir un testamento o comprar un seguro y designar un beneficiario. Podemos nombrar una custodia para nuestros hijos dependientes o determinar que nuestras mascotas vayan a un buen hogar. Podemos dejar nuestras empresas a nuestra viuda, o viudo, o a nuestros hijos. Sin embargo, algunas personas ni piensan en estas cuestiones o mueren antes de haber tenido la posibilidad de expresar sus deseos para el futuro. Nadie sabe cuándo se acabará nuestro tiempo, como dijo Jesús: Mateo 25:13: “Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora”.

Tal vez todo lo que usted tenga para legar sean las cosas que ha enseñado a sus hijos, los hermosos recuerdos que compartió con su esposo, el fondo de comercio que hizo crecer su compañía, o las generosas obras que realizó por medio de su ministerio. Ese es su legado.